Estamos en la Segunda Guerra Mundial, Junpei y su hermano Kanta, dos niños japoneses de la isla Shikotan, viven sus vidas con apacible tranquilidad.
Ambos están fascinados por los trenes. Aunque nunca han visto uno, más allá de sus juguetes y lo que han leído en el libro favorito de su padre El tren nocturno de la Vía Láctea.
Cuando Japón pierde la guerra el temor de la llegada de los "malvados" americanos inquieta a la población. Al final, los que llegan son los rusos, que se llevan a los soldados y todo lo que encuentran de valor, dejando a los pobres pueblerinos, más pobres de lo que ya eran.
Los soldados rusos, con sus familias, se instalan en las casas, y Junpei, Kanta, su padre, el abuelo pescador y un tío que se dedica al contrabando, pasan a vivir en el establo.
Se forma entonces una división entre los japoneses y los rusos, que se plasma en la ristra de tiestos en el patio de la escuela, para delimitar las dos zonas de juego.
Pero esos dos mundos separados empiezan a fundirse en ese mismo patio: Los niños y niñas terminan por jugar juntos.
Pero la vida adulta no es como el patio del colegio. Esa amistad, y quizás naciente amor entre, Junpei y Tania se frustra por la realidad.
Y la realidad es que los rusos son los ocupantes y los japoneses se ven obligados a irse. Todos los habitantes de la isla serán deportados.
Y algunos, como el padre de Junpei y Kanta, es detenido y encarcelado en un campo de trabajo. Luego los hermanos escapan para ir a ver a su padre. El reencuentro a través de la doble valla de alambre espinoso es una amarga despedida.
Y lo peor, está aún por llegar.
Sin ser una adaptación oficial de El tren nocturno de la Vía Láctea de Kenji Miyazawa, la película toma muchas referencias argumentales de este clásico de la literatura japonesa.
También aborda un aspecto histórico poco conocido: la deportación de ciudadanos japoneses por parte del invasor ruso.
La película muestra un final ¿feliz? con una gran confraternización entre aquellos alumnos rusos y japoneses, todos ancianos a día de hoy, que estudiaron en la escuela de la isla. Y hay incluso intercambio de regalos entre Junpei y la nieta de Tania.
La realidad pero es que la disputa por el archipiélago de las islas Kuriles sigue activo hoy en día. Administradas por Rusia, Japón reclama como territorio propio algunas de esa islas, entre ellas Shikotan, la que vemos en la película.
El amor verdadero es solo el primero |
La película empieza y termina con esos japoneses, todos ancianos, volviendo a la isla de su infancia. Me sorprende que el niño Junpei y su profesora, parezcan tener ahora, la misma edad.
Será por la nostalgia...
La isla de Giovanni (Giovanni no Shima/Giovanni's Island; 2014) dirigida por Mizuho Nishikubo.
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