martes, 30 de mayo de 2017

Una reflexión espacial

Últimamente estoy viendo documentales del 52 - 523 (para los que no anden frescos de CDU y ordenación bibliotecaria, les diré que son temas relacionados con el espacio y los planetas).

Allí arriba el tiempo se mide en miles de millones de años. Una realidad tan incalculable que nos devuelve, a nosotros y a nuestros trascendentales problemas, al verdadero lugar que nos toca: un rincón insignificante.

Creemos que el mundo empezó con nosotros, que despertó poco antes y nos lleva algo de ventaja, la vida de nuestros padres como mucho… Pero ni siquiera sabemos los nombres de los abuelos de nuestros abuelos. Y esa gente existió. Fue al colegio, se enamoró, se mató a trabajar y ahora nadie se acuerda de ellos y a nadie le importa.
Cada uno cree que el contador empezó con él, pero miles han bebido y orinado el agua que bebemos. Creemos que nadie ha sentido lo que sentimos, que nadie ha padecido nuestro sufrimiento, que somos los primeros que les pasa lo que nos pasa. Pero la verdad es que no. No somos únicos. No somos especiales. No somos… nada importante.

¿Han visto a las hormigas corretear? Sus quehaceres son vitales para la supervivencia, la suya. Para nosotros, la existencia de 100 hormigas es irrisoria. Para el universo la existencia de la raza humana (la que vive hoy, y la que ha vivido y muerto desde hace dos mil años) es completamente intrascendente.

Como la mayoría de nosotros no puede ir al espacio y ver la realidad a tamaño natural, hay dos lugares aquí, en nuestro planeta, que podemos visitar para experimentar algo parecido. Son lugares que deberían estar en cada pueblo y ciudad del mundo. Los únicos sitios que siento que vale la pena visitar: la biblioteca y el cementerio.


Entre los estantes de cualquier biblioteca hay más vidas de las que podremos vivir. Algunas totalmente inventadas y otras tormentosamente cercanas a nuestros sufrimientos (esos que creemos únicos y originales y ante los que nadie, NADIE, creemos que puede ayudarnos a sobrellevar… ¡cuánta vanidad egocéntrica!).
Y entre “los estantes” de los cementerios están las (ex)vidas de parientes lejanos y desconocidos de los que repetimos pensamientos, conductas y sentimientos aún sin saberlo. Gentecilla vulgar cuya vida se resume ahora en dos fechas y un nombre. Todos los días, todas las esperas, las idas y venidas, las ilusiones y los miedos de sus vidas han desaparecido y no nos queda ni el recuerdo.
Nosotros también seremos olvidados en un par de generaciones.

Porque somos tan insignificantes como el polvo de las estrellas.

sábado, 27 de mayo de 2017

Hablar de todo y no saber de nada


El libro es muchos libros en uno (quizás por temor del autor que su faraónico proyecto de realizar una tetralogía literaria sobre el mundo de la tertulia política no se lleve a cabo).
Los catalogadores de biblioteca (gente que siempre imagino como ese emoji dudoso)
 lo han colocado en medios de comunicación y en Televisión y política.




El libro habla de la experiencia del autor como tertuliano. De ahí, destaca su elegancia cuando habla de la vorágine agresiva de los filibusteros de Twitter que le abordan con insultos y demás, cuando no comparten sus opiniones. O de las tarifas que cobran los tertulianos. O cómo se prepara los temas de la charla. Esos detalles son simpáticos.
El libro también habla del auge de las tertulias políticas en las televisiones, y nos hace memoria de lo ocurrido a nivel político en los últimos años. Memoria inmediata, esa que los ancianos vamos perdiendo, y que dan al libro una pátina de frescura, que al igual que la acelga recién sacada del huerto, irá perdiendo con el paso del tiempo. Si van a leer este libro, háganlo ahora, porque la inmediatez sólo se percibe cuando aún la estamos viviendo.
El autor que, según dice, no se fue de la política sino que lo echaron, también lanza algún dardo personal. No es un libro para ajustar cuentas, pero deja algunos zarpazos leves.


La narración es amena y fluida, aunque en algún pasaje se embrolla con una subordina tras otra y, o yo me perdí o él no supo aclararse. Leí todo el libro en tres sentadas. Disfrute más el arranque, cuando hace una evolución histórica de las tertulias en las parrillas televisivas y cuando menciona a tertulianos estrella. Aunque el autor no se codea con ellos, este señor juega en otra liga, lejos de la La Sexta Noche (la champions de las tertulias, como la llama).


Hay una frase muy lema de coaching tecnológico para estos tiempos de community managers que hubiese subrayado si el ejemplar del libro no fuera de biblioteca:
Son los tweets de los empleados los que generan seguidores de una marca.”


Es una frase que la gente de biblioteca que gestionamos los aburridos perfiles institucionales nos conviene reflexionar sobre ella.



ISBN: 9788499926858

miércoles, 24 de mayo de 2017

Top chef 4

No estoy contento con la ganadora de esta temporada de Top Chef.
Sí lo estuve el año anterior con Marcel y hace 2, con David. (La primera no la vi, sepan disculpar).
Vaya por delante que yo de cocina no tengo ni idea. Y que los concursos de talentos no me interesan: Top Chef sí, porque los participantes no son cocinillas sino profesionales, propietarios y chefs de sus propios restaurantes. Gente seria (en teoría).
Pero como esto es (también y sobre todo)  un espectáculo televisivo, hay que sazonar con algún que otro participante especial, un “free-style-cooking”, para que haya “drama”. Cada temporada tiene los suyos, esos creativos explosivos. Pero en temporadas anteriores solían caer eliminados antes de la fase final. A partir de ahí, la cosa se volvía más respetuosa. Había una camaradería de “y que gane el mejor”.


Este año, el griterío entre Melissa y Rakel provocaba vergüenza ajena.

Melissa fue expulsada pero volvió en una repesca y volvió -en lenguaje de wrestling- haciendo un turn heel sobre su mejor amiga y casi hermana que era Rakel. Best friends better enemies
Rakel, la ganadora, es todo un personaje: primero parecía un Joaquín Reyes disfrazado, luego vimos que se estresaba con suma facilidad, luego el programa raspó un poquito sobre su família y comprendimos (al menos yo) un poco mejor, esa inseguridad que parece tener y luego llegó el día que pegó un puñetazo al tablero del juego e hizo algo que no había visto nunca antes: con el brazalete de inmunidad, agrupó a los rivales más fuertes en su equipo y fue A PERDER deliberadamente una prueba para así “salvar” a sus amigos.
Es una estrategia, pero es muy feo.

También el finalista, Víctor, ha sido un buen estratega (la manipulación para elegir pinches en la final fue épica) y tuvo su momento ego cuando tras ganar una inmunidad soltó: “yo soy diestro pero hasta ahora he estado cocinado con la izquierda” O_O

Montoro era el favorito desde el minuto uno. Y desde el arranque, la etiqueta de “chef privado” le pego cierta aureola repelente, pero prueba tras prueba demostró que era bueno en los fogones. Su enfrentamiento con Víctor por una plaza en la final la resumió con ingenio:
“-Esto es un Barça - Madrid en semifinales”.

Montoro hubiera sido mi ganador. También me hubiera alegrado una victoria de Richard o de Manu. Pero ganó Rakel. Quizás porque tras dos ganadores chicos, volvía a tocar una ganadora chica o quizás porque platos aparte, la suya era la historia del underdog: alguien sin posibilidades que va pasando a trompicones se planta en la final y oh, gana. Pero para ser un verdadero underdog hay que ir con el público detrás. Son los fans los que quieren que David gane a Goliat y aunque Rakel tiene sus fans (cualquiera que salga por la tele tiene su fans, incluso el tipo del tiempo), creo que este año Top Chef no ha coronado al mejor. Aunque como esto se trata, en teoría, de cocina y yo no he probado ni un plato de los participantes, me callo.



domingo, 21 de mayo de 2017

Ghost in the shell

Ah pues no es un remake (solamente) sino que aporta datos suficientes para ser una precuela.


Ghost in the shell, el anime de 1995, me parece una obra maestra. Así que me acerqué con cautela a esta película, creyendo que iba a encontrar simplemente una traslación al mundo físico de aquella historia animada. Y así es, en parte: hay planos y secuencias que son copias / plagios / homenajes…
Pero también nos cuenta cómo hemos llegado hasta el punto de partida. Y poner como tema musical para los créditos finales el Making of a cyborg (tema musical original para los créditos iniciales de la película de 1995) ya es una rubrica a esta voluntad de enlace.

"Cuando vemos nuestra singularidad como una virtud sólo entonces hallamos la paz."

"Nos aferramos a los recuerdos como si nos definieran. Pero nuestra acciones nos definen."


La película me entretuvo. La vi entera y sin andar mirando el reloj cada cinco minutos. Me metí en la historia, aunque por momentos aquello era tan frío como una nevera vacía.
Siempre he defendido ante los ignorantes que GITS, el original, tenía mucho de Bergman (aunque no recuerdo que Bergman hablase de robots). Pero en esta versión todo ese pozo oscuro del alma ¿humana? no está. Tiene vínculos más fuertes con Blade Runner y con la serie WestWorld

comparto la opinión del crítico Peter Bradshaw - The Guardian
“watchable but doesn’t have the spirit of the original”
(se deja ver pero no tiene el espíritu de la original)

martes, 16 de mayo de 2017

Fray Perico y su borrico

Un tipo manazas y de buen corazón llega a un convento y trastoca la vida de los frailes.




Lo primero que me llama la atención es el juego entre el nombre del fraile y su ocupación, su carácter o aquello que lo identifica:
Fray Perico, borrico; Fray Olegario, bibliotecario; Fray Nicanor, el superior; Fray Mamerto, el del huerto…

Lo segundo los vínculos que hay entre este premiado libro (47 ediciones a día de hoy) y “Marcelino pan y vino” de José María Sánchez Silva (por cierto, único escritor español en recibir el premio Hans Christian Andersen, de momento).
En Marcelino (popular también gracias a la película) es un niño travieso el que trastoca la vida de unos frailes de un convento. Y allí, como aquí, también hay un icono religioso que “vive”.

“Fray Perico y su borrico” me ha resultado hasta cansino cuando te das cuenta que el libro no es más que una sucesión de accidentes, despistes y equívocos.

Fray Perico y su borrico
ISBN 9788434894099

Libro recomendado por: @_analiez

sábado, 13 de mayo de 2017

La bella Annabel Lee

El autor sale a caminar y se encuentra con un tipo con el que, 30 años antes, intentó realizar una película. Y bueno, de eso va el libro. (No es spoiler porque sucede en el prólogo).


Como la historia es made in Japan, tiene su propio tempo. Parece que no pase nada. Y en realidad todo “ya ha pasado” en muchos otros tiempos pretéritos...
Como la historia es made in Japan también tiene algo de sexo retorcido. Tengo la impresión que el autor teme que no pillemos la idea: ¿Eran amantes Annabel Lee y el narrador en el poema de Poe? Así que menciona a la novela “Lolita” de Nabokov, y por si te has saltado medio libro, al final, sale de la nada, una historia rara de un fotógrafo haciendo fotos a unas niñas ensayando movimientos de ballet. Y por si eres de los que necesitas que te subrayen las cosas dos veces, más al final aún, vuelve a las fotos y escribe “pedofília”. Pero en realidad ese no es el tema del libro, eso es el sake de la historia.
Para mí, la novela va del paso del tiempo, del destino que te lleva a proyectos y personas y si todo se tuerce, 30 años después, el destino te lleva ahí de nuevo. Trata del arte, de autores alabando a otros autores, maestros de maestros. De gente con talento y a la vez, incapaz para otras cosas. Y de gente que parece inútil, pero tiene un tesoro si damos con la llave.
¿Es real esta novela? ¿Es Kenzaburo Oé el Kenzaburo Oé de la narración? ¿Existió Sakura? Esa actriz tan fenómeno que pese a ser japonesa interpretaba a ¡gitanas en películas españolas!

Cuando se pone a hablar de aspectos de la historia de la película, me aburrí. Eso es el ejemplo de cosas vitales para los personajes, pero que al lector -al menos yo-, le importan más bien poco.
Otra cosas que me molestó es el afán de hacer pasar reflexiones escritas por diálogos. Dos personajes se encuentran y de repente uno suelta una parrafada de página y media. ¡Eso no es un diálogo! Nadie se queda a escuchar eso. Le da tiempo al personaje oyente a ir al baño, a comer, a dormir y al despertar, el otro sigue su monólogo; no se hacen esas elucubraciones tan elevadas y desde luego no me parece muy verosímil que se citen los traductores de poemas extranjeros en una charla improvisada en la esquina de dos calles.

Que un autor japonés, tratando su novela sobre cine, mencione a Akira Kurosawa es obvio, y hasta previsible. Pero ah, cuando menciona a Luis Buñuel. Ahí sí, que Olé Oé.

“Todos vivimos dentro de un tiempo único que pasa a la misma velocidad para todos”

Annabel Lee by Edgar Allan Poe
Annabel Lee traducido al castellano

La bella Annabel Lee (Leer Inicio)

jueves, 11 de mayo de 2017

Cómo subir las estadísticas de préstamo

Durante la pausa de una de esas reuniones de gente de biblioteca, yendo hacia el baño, una voz me llamó:
- Pst, muchacho, ¿quieres subir las estadísticas de préstamos en la biblioteca?
._.
Obviamente me acerqué a escuchar.

No revelaré el nombre pero una biblioteca (o puede que más) asfixiadas por la presión de las estadística, han recurrido a un feo sistema de maquillarlas. Consiste en colocar varios centenares de documentos con el estado: “Excluidos de préstamo” en el programa de gestión. Como la fórmula para la estadísticas de préstamo se basan en el fondo “prestable”, los valores de las operaciones salen más positivos.
Al igual que un país fuerza a sus ciudadanos a emigrar y así logra una, aparente, reducción del paro; si hay menos libros "prestables", las cifras del préstamo, aparentemente, suben.
Ò_Ó

Semejante felonía me parece impropia de una biblioteca. Porque puestos en este plan, lo siguiente podría ser cerrar las puertas y saludar yo mismo el contador de visitas. Anotar 500 o 1000 visitantes cada tarde sin el desgaste, el desorden y el ruido que provocan. Y pasar la tarde tranquilamente leyendo y dormitando en los cojines de la sala infantil.

Las estadísticas en biblioteca deberían ser orientativas, pero alejadas de esas fiereza competitiva de los objetivos a cumplir.
¿Cómo valorar la satisfacción de hallar el libro deseado por un lector? O donde se anota el caso de esa niña que venía a la biblioteca a escuchar cuentos sin saber leer y ahora elige sus propias lecturas. Esa niña no es sólo una visita y 3 préstamos más.

Si te ofrecen falsear las estadísticas, simplemente di NO.





sábado, 6 de mayo de 2017

Camins de llibertat


"(...) quan una filla pot tractar la seva pròpia mare com una discapacitada sense senderi. I en quin moment una mare accepta ser considerada una tarada poca-solta?"

ISBN: 978-84-683-2515-6

martes, 2 de mayo de 2017

Assassinat a la casa de nines

Imaginem una casa gran, buida i aïllada, una d’aquelles “mansions gòtiques” o almenys un xic gòtica. Imaginem que a les golfes de l’edifici hi ha una casa de nines que és una reproducció, fins al més petit detall, de la pròpia casa.

I ara imaginem que a la casa s’hi van cometre assassinats…




Apart d’aquest escenari que predisposa al misteri, l’intriga i cert terror… les relacions entre la protagonista, la germana i la mare són d’aquelles de bufetada de realitat. L’escenari és aquest: una família on un dels seus membres té una discapacitat mental. Terrible (i humà) és el pensament: haver de carregar sempre amb aquella persona. Les contradiccions entre la voluntat, lícita i juvenil, de viure, i el sentiment de culpa i egoisme si “s’abandona” a l’altre.

Llibre entretingut, apte per adults (és un llibre infantil, I*** a les biblioteques), amb més dosis de terror que d’intriga. M'ha agradat molt.

Anima't, dona. Avui entres a l'adolescència i se suposa que ja tens prou problemes sense haver-ne de buscar d'altres.
Assassinat a la casa de nines
ISBN: 9788476295687
El vaixell de vapor - sèrie vermella 46

Llibre recomanat per: @marta_aloy

lunes, 1 de mayo de 2017

Westworld


-Lo único que tenía de niño eran libros. Vivía en ellos. Me dormía y soñaba que despertaba dentro de uno de ellos. Este lugar es como una de esas historias. Quiero averiguar a dónde me lleva.
-No quiero ser una historia. Lo que quiero es no mirar adelante o atrás. Sólo vivir este momento.