Tiene ante usted a un cobarde. Vi lo que estaba sucediendo hace ya mucho tiempo. No dije nada. Soy uno de los inocentes que podrían haber hablado pero no abrí la boca y pasé a ser un culpable más.
Cuando te pregunten cuántos años tienes, me dijo, contesta siempre: "diecisiete y estoy loca."
A veces pienso que los conductores no saben qué es la hierba o las flores, porque nunca las ven despacio.
Llevaba la felicidad como una máscara que aquella chica le había arrebatado y no había ninguna forma de reclamarla.
Estamos en la época del pañuelo desechable. Te suenas la nariz con una persona, la arrugas, tiras de la cadena. Todo el mundo se aprovecha de los demás.
-¿Por qué me parece que hace muchos años que te conozco?
-Porque me caes bien y no quiero nada de ti.
Se cuadruplicó la población. Las películas y las radios, las revistas, los libros se degradaron para ajustarse a un patrón sin sustancia.
En el siglo XX, la imagen se acelera. Compendios, resúmenes. Todo se reduce al final efectista. Clásicos recortados para encajarlos en una columna de dos minutos. ¿La política? Una columna, dos frases. Más deporte para todo el mundo, espíritu colectivo, diversión y no hace falta pensar, ¿eh?
Autopistas llenas de masas que van a algún sitio, a ningún sitio. Los refugiados de la gasolina.
Y ahora pensemos en las minorías de nuestra civilización. No les busques las cosquillas a los amantes de los perros, de los gatos, a los médicos, a los mormones, a los suecos, a los de Brooklyn, a los de México. Cuanto más crece el mercado peor se lleva la polémica.
Ah, seguro que recuerdas a ese chico de tu clase del colegio que era extraordinariamente "listo". Recitaba siempre la lección y contestaba a todo mientras los demás se callaban y lo odiaban.
Te planteas el porqué de muchas cosas y acabas siendo pero que muy infeliz.
Hemos empezado y ganados guerras (...) ¿Nos olvidamos del mundo porque nos los pasamos demasiado bien en casa? ¿Es porque somos muy ricos y el resto del mundo muy pobre y nos trae sin cuidado?
La televisión es real. Es inmediata, tiene dimensión. Nos dice a gritos en qué pensar. Nos lanza tan rápido a sus propias conclusiones que la mente no tiene tiempo de protestar: ¡qué estupidez!
El enemigo más peligroso de la verdad y la libertad es el rebaño compacto e inmóvil de la mayoría. La terrible tiranía de la mayoría.
Ha sido una tontería ponerte a citar poesía alegremente, como si nada. Algo típico de pedantes sin cerebro. Si le das cuatro versos, cualquier hombre se cree el señor de toda la creación.
-¿Sabe que ha estallado la guerra?
-Sí, lo he oído.
-Parece que nos queda muy lejos porque tenemos otros problemas.
Huía de una irrealidad aterradora para alcanzar una realidad que al ser nueva se antojaba irreal.
Fahrenheit 451
Ray Bradbury
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