El pasado 30 de diciembre de 2016, en el evento UFC207, la
luchadora de artes marciales mixtas (MMA) Ronda
Rousey volvía a luchar tras casi un año de ausencia.
Era un combate por el cinturón Bantamweight (57 a
61 kg )
contra la actual campeona de la categoría: Amanda Nunes.
El último combate de Ronda
había sido el 15 de noviembre de 2015 (UFC193), cuando perdió el campeonato Bantamweight tras una racha de 12
victorias.
Ronda Rousey había llegado a UFC sin haber
sido derrotada jamás en un combate de MMA. En UFC fue la primera campeona de la
categoría Bantamweight (Peso Gallo): 6
de diciembre de 2012 y se mantuvo invicta durante AÑOS.
Derrotó a Liz Carmouche, UFC157; Miesha Tate, UFC168; Sara
McMann, UFC170; Alexis Davis, UFC175; Cat Zingano, UFC184; y a Bethe Correia,
UFC190. Hasta UFC193, evento en que fue derrotada ante el asombro de
aficionados y sobretodo: el suyo propio.
El reinado como campeona duró 1.074 días.
Ronda Rousey fue una luchadora en un deporte
casi monopolizado por luchadores masculinos. Fue pionera en pelear en el main event (o combate principal) y su
rostro (y el de su rival) aparecía en los carteles de promoción del evento…
como lo que era: la campeona vigente y su rival (sin importar si eran hombres o
mujeres).
Sus victorias, generalmente por rendición de su rival
(algunas en apenas unos segundos) catapultaron a la fama a esta atleta. Ronda es judoka olímpica. Fue bronce en
Pekín 2008, plata en el mundial de Judo de 2007 y oro en los Juegos
Panamericanos. Su fama saltó fuera del octógono de UFC. Ronda aparecía en programas de televisión, en películas de acción (Fast & Furious 7, The Expendables 3, etc…) y
co-protagoniza la portada de UFC 2,
el videojuego oficial de UFC.
Cuando Ronda
fue derrotada, en UFC193, perdió un combate, perdió la racha (12-0-0) y perdió
el campeonato Bantamweight de UFC.
Ronda fue derrotada el 15 de noviembre de 2015 por Holly
Holm.
Holm fue derrotada, en su primera defensa del título, por
Miesha Tate (UFC196)
Tate fue derrotada, en su primera defensa del título, por
Amanda Nunes (UFC200)
Y así llegamos al pasado 30 de diciembre de 2016 (UFC207)
en que la campeona Amanda Nunes tiene su primera defensa del cinturón Bantamweight contra Ronda Rousey.
Este 2016 Ronda
Rousey ha estado alejada de entrevistas y alfombras rojas. Ha vuelto a la
soledad del gimnasio, el hábitat natural de un atleta. Ronda se ha tomado su tiempo –como dicen los americanos- y ha
vuelto cuando ha estado preparada. UFC, que en el fondo es un negocio, ha
realizado una estupenda campaña publicitaria para este evento. Con un lema
simple y corto: she’s back.
No hace falta decir más. Ronda Rousey, no sólo fue LA campeona de la empresa, como dijo un
comentarista, fue la número 1 y no había número 2; eran ella y el resto.
Toda la atención mediática de UFC207 estaba concentrada en
Rousey, lo que ha dejado a la
campeona Nunes algo abandonada. Y para Amanda Nunes este también era EL
COMBATE. No sólo defendía por primera vez su campeonato, sino que lo hacia ante
la excampeona más longeva y más dominante de la historia.
Llegado a este punto quisiera informar al lector que yo,
de artes marciales mixtas, no tengo ni idea. Así que mis comentarios del
combate son impresiones de un neófito que suele disfrutar más la previa y el ritual
de entrada que la pelea en sí.
Decir, a toro pasado, que sabía que Ronda iba a perder sería completamente falso. Pero antes del
combate sentí un gran pavor a que perdiera. Pensé que Ronda tenía más a perder que a ganar. Si Ronda ganaba, el estado natural de las cosas volvía: ella era la
campeona y como se leía en una frase motivadora del gimnasio en que se la veía
entrenar The victory is an habit.
Pero ¿qué pasaba si Ronda perdía…?
Hace poco dijo en una entrevista a Ellen DeGeneres que tras su derrota había
pensado en lo peor: “En ese segundo
exacto fue como, no soy nada, ¿qué hago ya? Nadie dará una mierda por mí”.
Durante la previa percibí tres detalles irrisorios que me
hicieron pensar lo peor.
(También debo decir que pensar lo peor es mi estado natural).
Entrada en UFC175 con "Bad reputation"
Ronda entró a la arena con el ceño
fruncido y su habitual tema musical de “bad reputation” de fondo. En el ritual
de entrada, tuvo problemas con la cremallera del chándal (no debe ser fácil
despojarse de la ropa con los guantes de combate puestos) pero para ello están
sus asistentes y entrenadores. Nadie ayudó a Ronda. Había a su alrededor un espacio de seguridad que nadie osaba
invadir. Fue ella la que fue a abrazar, como es costumbre, a sus segundos.
Mientras esperaba a su rival, Ronda ceño fruncido, no dejó de calentar ni un instante. Parecía
ansiosa de empezar. Parecía a punto de saltar y destrozar a alguien, un dique a
punto de desbordarse. Ronda no se
inmutó durante la presentación de Bruce Buffer (It’s taaaaaaaime). Ni un saludo
a la cámara, ni un guiño a los fans. Nada. Y ahí me asaltó el segundo detalle
irrisorio: Ronda Rousey no estaba
concentrada, estaba enfurruñada.
Para ella, todo este año no había transcurrido en
realidad: acababa de perder contra Holm hacia un momento y ahora iba recuperar
lo que era suyo. Iba a DEMOSTRAR quién mandaba ahí. No había ni octógono, ni
público, ni nada: estaba ella y su objetivo: recuperar su campeonato.
Cuando sonó la campana Nunes se acercó con el puño en
alto, en forma de saludo, pero lo bajó enseguida porque Rousey no iba a saludarla ya: no estaba para hostias. Lo dicho:
Ronda estaba enfurruñada no concentrada.
El tercer detalle irrisorio era el buenazo de Herb Dean,
el árbitro. Herb Dean era el árbitro del combate de Ronda en UFC193, cuando ella perdió. Obviamente el árbitro NO TUVO
nada que ver (seamos serios, esto no es wrestling :D) pero como detalle
irrisorio es una de esas coincidencias que llamarían la atención a Iker Jiménez.
Sobre el combate, muchos y mejores entendidos han escrito
ya. Nunes fue directa, precisa y certera en sus puñetazos. Rousey se apartó, fue arrinconada y se tambaleó como un borrachín
que trastabillase sus pasos. Y eso fue todo.
Ronda Rousey desapareció del octógono justo
tras levantar Herb Dean el brazo de Amanda Nunes. No iba a estar allí ni un
segundo más del estrictamente necesario. Durante casi un año había hecho lo
correcto: entrenar en silencio mediático y dejar que los contundentes
resultados hablasen por ella. Pero el combate no había salido como ella
esperaba. No había hecho nada mal pero las cosas no habían salido bien.
Por increíble que parezca, y sobretodo a ella misma, Ronda Rousey había perdido… otra vez.
Amanda Nunes disfrutó su momento, invitó a Rousey al retiro y a ir a hacer
películas y dinero (¿la WWE
quizás?)
Su segunda derrota, y en especial de la forma en que ésta
se ha producido, pueden provocar un giro. Su momento de gloria (que duró años)
y su reinado como campeona (más de mil días) parecen haber pasado ya. Quizás Ronda lo asuma, se retire y se dedique
a otras cosas. O quizás no. O quizás ahora realmente se tome su tiempo, se
prepare como siempre y se concentre en ganar su siguiente combate y no se
enfurruñe porque le han quitado SU título de campeona.
Quizás ya haya una nueva generación de luchadoras o quizás
Ronda Rousey pueda volver a ser la
campeona.
El tiempo dirá.
Desde aquí, mis mayores respetos por su trayectoria y sus
logros.
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