miércoles, 25 de enero de 2017

Confianza


Cuando apareció este gráfico todos los de la biblioteca se pusieron estupendos. Y no hay para menos. Se tiene más confianza en el personal de la biblioteca que en los policías o los médicos.
Orgullo.
Luego, uno se pone a pensar…
¿Confía usted más en la enfermera o la farmacéutica que en la doctora?  ¿A qué se debe eso? Quizás por que el enfermero y el farmacéutico están en la trinchera, y el doctor se ve como una figura alejada de la realidad… O quizás, y ahí viene mi humilde teoría, porque los médicos no escuchan (suficiente).

Si escuchar es importante, eso explica la posición de las bibliotecarias muy por delante de las agentes de policía.
._. la de tonterías que tiene que escuchar uno en el mostrador de préstamo. Y no me refiero sólo a excusas paranormales, sino a miserias personales o a críticas literarias.

Pero bueno, toda esta reflexión erudita no importa. Lo que realmente me inquieta de este gráfico es la poca confianza que (parece) que tenemos en los funeral directors
¿Qué ocurre ahí?
¿No nos fiamos cuando nos dicen que el muerto está… muerto?
¿O tememos que nos den por muertos antes de tiempo?


Cuando el policía dice que has muerto.
Cuando el clero anota tu defunción.
Cuando el médico certifica tu fallecimiento
El funeral director es la última persona en la que podemos confiar para que no nos entierren (o incineren) antes de tiempo. Y a juzgar por el gráfico no le tenemos mucha confianza…

Para aliviar ese temor te recomiendo que tengas siempre un libro de la biblioteca en préstamo. Porque así, si te dan por muerto, el bibliotecario se asegurará que REALMENTE estés muerto. No porque le importes, sino porque nos debes un libro.
Y sabed que incluso cuando estés muerto (pero muerto de verdad), el bibliotecario intentará recuperar el libro que debes.

Eso sí, da confianza, amigos.

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