viernes, 11 de octubre de 2024

La policía de la memoria

La biblioteca apenas era visitada por dos o tres personas al día.

El catálogo de la biblioteca no solo no aumentaba, sino que tendía a disminuir, hecho que por supuesto no provocaba queja ni lamento alguno entre los satisfechos isleños.

Lo único que le queda es la biblioteca, y no es que sea un lugar muy animado... 




Una mañana de un día cualquiera, al despertar, algo se habrá esfumado de tu vida, dejando intacto lo demás, y, entonces, tan solo percibirás un tibio desajuste con respecto al día anterior.

El perfume, propiamente dicho, es invisible -replicó ella-. No obstante, puede conservarse en el interior de un frasco.

Tras el fallecimiento de mi madre y, posteriormente, del de mi padre, viví sola en la casa familiar en que había crecido.

¿Cómo es posible añorar lo que no se recuerda?

Crear mundos imaginarios complejos a partir de la nada no es un oficio al alcance de cualquiera.

El ferri ya es cosa del pasado, y el pasado no tiene arreglo.

Si uno lee una novela de principio a fin, la consume y la deja exhausta. Al no leerla, se mantiene intacta.

Traté de dormir, pero las preocupaciones brotaban del manantial de mi mente como frenéticas burbujas y no encontraba manera alguna de aplacarlas.

Soy tres veces mayor que usted y, por tanto, he presenciado el triple de desapariciones.

Lo importante para mí es que he sido capaz de recorrer un largo camino hasta llegar al momento en que me encuentro ahora, sano y salvo.

Lo que se olvida y no permanece no puede provocar ninguna infelicidad.

Aquello que se olvida un vez, se olvida para siempre.

Incluso la mayor preocupación que uno pueda imaginar no pasa de ser precisamente eso: una preocupación sin más.

Posiblemente no había leído una novela en su vida y, muy posiblemente también, sería una de esas personas que tienen la desgracia de llegar al fin de sus días sin haber leído ninguna.

Mi degeneración ha avanzado tanto que ya es demasiado tarde para escapar de mi encierro en la torre.

La novela hunde sus raíces y se abona en el terreno de lo ficticio, y crece desde la nada; el escritor ve lo que sus ojos no tienen delante y otorga existencia con palabras a aquello que no la tiene.

Parecía que el mar caía al revés, hacia el cielo.

El tiempo se encarga de ir suavizando y alejando de nuestra vidas el insoportable dolor que nos dejan los que, con su muerte, nos abandonan para siempre.

Ninguno de los cambio supuso un grave trastorno en las vidas de los habitantes de la isla. Lo importante era aceptar cada nueva desaparición y dejar que el cuerpo se adaptara con naturalidad a ella.

Tú vives rodeado de sensaciones, de aromas, de sonidos, de tibieza, de serenidad, de frescura... Yo de frío. Mi interior va congelándose poco a poco. Me convertiré en hielo, hielo picado, y después me derretiré.

Habíamos aceptado las desapariciones como parte de nuestra vida cotidiana y ni el miedo ni el deseo de huir formaban parte de esta.



La policía de la memoria
Yoko Ogawa
Traducción de Juan Francisco González Sánchez
Tusquets Editores


Ha pasado mucho tiempo desde la última ensalada de judías VERDES que probé y no recuerdo absolutamente nada del sabor ni del COLOR que tenían, tampoco de la forma.

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