Joker: Folie à Deux (2024)

Una hora de drama carcelario.

Una hora de drama judicial.

Sazonado por momentos musicales.

Y donde los personajes fuman más que en una de Garci.

Quizás el mejor momento de este Joker 2 es la reflexión en el juicio:

Arthur Fleck se construyó una personalidad en una fantasía para proteger al niño abandonado y maltratado que es.

Ahí puedes empatizar, con el resto no.

Si el Joker (2019) era una película sobre un enfermo mental, el Joker 2 es una película, LARGA, sobre esa fascinación que algunas personas (centrada aquí en el personaje de Lady Gaga) sienten por los psycho-killers.

De circos judiciales hemos tenido muchos en la vida real. De mujeres que aman a presos hasta casarse con ellos también. Y esto vale para endiosados como Charles Manson hasta versiones de Hacendado quinqui como El Vaquilla.

Arthur Fleck deja la medicación y agolpado por los fans vuelve a ser el Joker, vuelve a ser la estrella de la pista del circo (del juicio) pero la realidad le golpea otra vez y acabará confesando que solo es Arthur Fleck.

Y entonces los fans, que han reído con él, lo abandonan y -como dice la canción-, llorará solo.

Al final alguien decide exprimir sus cinco segundos a costa de el famoso Joker.

Joker: Folie à Deux (2024) dirigida por Todd Phillips