jueves, 20 de enero de 2022

El lunes nos querrán


Desde el mostrador de préstamos y devoluciones de la biblioteca he visto y he vivido muchas cosas de las que la autora Najat El Hachmi cuenta en Los lunes nos querrán ganadora del Premio Nadal 2020. 


He visto pizpiretas niñas desaparecer tras un velo.

He visto chicas que se iban de vacaciones a Marruecos y volvían embarazadísimas.

He visto jóvenes besarse furtivamente tras el estante de Arte. Y a esos mismos jóvenes discutir y gritarse. He visto peleas físicas en que los hermanos pequeños se sumaban "a su familia" y pateaban con rabia a chicas tiradas en el suelo.

He visto adolescentes "abandonando" a sus hermanos pequeños a los que debían cuidar, para charlar sin parar con sus amigas del insti. Y de repente, esas adolescentes eran dos orondas señoras cuyas hijas "abandonaban" a sus hermanos más pequeños a los que debía cuidar...

He visto malos estudiantes falsificar burdamente sus notas para sus progenitores analfabetos.

He visto señores adultos creyendo que la página de Facebook del rey de Marruecos le ayudaría a solucionar su problema con no sé qué papel burocrático.

He visto padres viniendo a buscar a sus hijas y mirar con terror la absoluta falta de control y vigilancia que hay aquí ¿No registramos horas de entrada y salida de su hija en la biblioteca? No señor, no hacemos eso.

He visto las miradas del clan de las señoras con velo hacia otras señoras sin velo.

He visto gente acercarse al mostrador con miedo.

._.
Todo lo que han leído aquí me ha venido a la memoria mientras leía...



¿Te imaginas que pudiéramos volver atrás para disfrutar de nuestra juventud sin las mil trabas que nos impusieron y las otras mil que nos inventamos nosotras mismas?

También leía por miedo a la vida.

No sé a quién recriminarle que nos robaran la alegría de crecer...

... en el ferri, las mujeres se cambiaban y se arreglaban para aparecer al otro lado del Estrecho transformadas en otras, en exitosas y acaudaladas señoras 'del extranjero', dejando atrás a las que habían sido durante el resto de año: inmigrantes pobres enclaustradas en minúsculos y fríos apartamentos.

Es más triste esconder lo bueno y lo hermoso que lo feo y vergonzoso.

La biblioteca era la excusa para todo.

No podía sentirme libre entre quienes nos dijeron que eran 'los nuestros' y entre los 'otros' era completamente invisible.

La educación que había recibido y el maltrato que habían sufrido durante toda su vida las habían erosionado hasta el punto de ser incapaces de imaginar otra existencia que no fuera la de pedir alimentos en Cáritas.

Tan lista para los libros y tan tonta para las cosas de la vida.

Era como Audrey Hepburn frente a Tiffany's, solo que yo no miraba diamantes: mi aspiración era conseguir un trabajo remunerado.

... una Samira que renunciaba a sus estudios para parir un bebé detrás de otro.

Teníamos que sobreponernos también a ese racismo que consistía en no dejarnos ser otra cosa que mujeres de la limpieza.

¿Por qué no escribes? Te miré sorprendida: ¿yo? Yo no soy escritora. Soy madre, mora, pobre, inmigrante, una mujer de la limpieza.

Ocupar poco espacio era una virtud, y las moras, ya se sabía, teníamos el vicio de expandirnos a lo ancho sin control alguno.

... me sentí decepcionada por las clases. Me daba la sensación de que todo lo que allí se contaba no era más que un entretenimiento. Lecturas y más lecturas, teoría sobre esas lecturas y teorías sobre las teorías. Interpretaciones a veces tan alejadas de lo escrito que parecían invenciones en sí mismas. ¿Por qué un determinado objeto situado en la página tal demostraba que el autor había querido decir lo que en realidad nunca había dicho ni en la novela ni fuera de ella?

Naíma.

Lo distinto, cuando se hace cotidiano, deja de ser distinto.

El sufrimiento de la vida misma a menudo nos impide darnos cuenta de que esta tiene un límite y que el fin puede llegar en cualquier momento.

Maldito sea todo este montaje inútil que nos ha robado media vida, maldita la idea del sacrificio y la velocidad y tener que hacer más, siempre más, y más.

... el hecho de que tú no expresaras tu dolor no significaba que tus heridas fueran menos profundas.


El lunes nos querrán
Najat El Hachmi

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y tú qué opinas?