Mank (2020) de David Fincher
El film viene a rescatar del olvido la figura de Herman Mankiewicz, al que Orson Welles recuperó para que le escribiera el guion de "Ciudadano Kane".
Alcoholizado y desahuciado en Hollywood por sus ideales pero respetado por su ingenio y talento, Mank ha sobrevivido a un accidente de tráfico. Mientras se recupera, pacta trabajar en una obra para el Genio (ese Wells con carta blanca a su llegada a Hollywood) y vacía en ella su sorna y ácida crítica a la respetada y altiva figura del magnate William Randolph Hearst. El guion es portentoso pero terriblemente hiriente para amigos y conocidos. Aun así o quizás por ello, Mank exige y pelea porque su nombre aparezca en los créditos.
El guion de "Ciudadano Kane" recibirá un Oscar -compartido- entre Mank y Welles.
Gary Oldman desborda la pantalla como una copa demasiada llena (el doblador al castellano se encarga de darle a su voz, en todo momento, el tono de borrachín). Tan solo el magnate bufonesco de Louis B. Mayer evita el ahogo masivo que sufren todos los secundarios aquí. Ben Hecht, Irving Thalberg, David O. Selznick o el propio hermano de Herman, Joseph Leo Mankiewicz (guionista y director MUY recomendable) quedan desdibujados hasta el punto de difuminarse.
Charles Dance (Tywn Lannister en GoT) hace del magnate Hearst (el protagonista de "Ciudadano Kane") y aunque se limita a hacer de Tywn Lannister con otro vestuario, resuelve con elegancia SU escena (cuando uno esperaba un arrebato furioso). Y Amanda Seyfried logra una Marion Davis muy humanizada.
Como dice el propio personaje de Mank hablando del guion en el que está trabajando: "No se puede plasmar la vida de un hombre en dos horas, como mucho transmitir una impresión de ella.", y eso también sirve para esta película.
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