lunes, 16 de julio de 2018

Japón perdido

Sigamos con el #VeranoNipón con otra lectura de aproximación a Japón.


Japón perdido
Alex Kerr

En 1972 todavía se mantenía el antiguo estilo de vida, pero estaba a punto de desvanecerse. La gente que trabajaba en los campos aún se vestía con aquellos “chubasqueros” de paja tejida que se ven en las películas de samuráis.

La biblioteca municipal donde estudian los niños de la ciudad de Kameoka, donde vivo ahora, no difiere mucho de la biblioteca del Merton College de Oxford, la más antigua del mundo.

Akira Kurosawa “Como en los últimos años se ha despojado a Japón de su parte salvaje, cada vez es más difícil rodar películas aquí”.
Cuando uno ve una escena de naturaleza virgen en la tele o en un póster, si no es capaz de encontrarse hormigón o tendido eléctrico, es muy probable que sea un set de rodaje o que se haya filmado fuera del país.

Empieza a disminuir el turismo interno, mientras que el externo es más alto que nunca, cosa que refleja que millones de personas viajan al extranjero para escapar de la fealdad de su país.

El lamentable estado del sistema de autopistas también es resultado de ese pensamiento renga: no hay un plan maestro, solo una concatenación de presupuestos anuales para construir autopistas por fascículos.

Libro del Gran Saber se convirtió en mi introducción a la literatura china.

Cuando la clase samurái derrocó a los nobles a finales del siglo XII, la kuge perdió todas sus tierras e ingresos. No les quedó otra que buscar trabajo, pero tras 400 años escribiendo poesía a la luz de la luna, la única tierra que sabían arar era el campo de las artes…

Las estructuras piramidales de Japón, que se pueden encontrarse en todas partes son realmente determinantes en los patrones de comportamiento de los nipones. Según mi experiencia, es menos probable que un japonés diga o haga algo inesperado que un chino; sea cual sea su opinión, es más probable que haga lo que le indican las normas. Ese grito ahogado del individuo estrangulado por la sociedad es de lo que tratan, en el terreno psicológico, las obras trágicas del kabuki.

El sistema educativo japonés tiene como fin producir una media alta de éxito para todos más que la excelencia de unos pocos. No se anima a los estudiantes a destacar o a hacer preguntas y, así, los japoneses acaban condicionados para vivir una vida “en la media”.

Gracias a mi vasta experiencia en allanar casas abandonadas en Iya, estuvimos dentro en cuestión de minutos.

Tras siglos de intrigas políticas y de incesante escrutinio por parte de los maestros de la ceremonia del té, la gente de Kioto ha desarrollado la técnica de no decir nunca nada. En una conversación, el auténtico kiotense espera pacientemente a que el otro se imagine por su cuenta la respuesta.

Siempre recomiendo 3 cosas a los amigos que vienen a visitar Japón: zapatos sin cordones para poder entrar y salir cómodamente de los edificios japoneses; pantalones o vestidos holgado para poder sentarse sin problemas en el suelo y tapones para aislarse del ruido en los templos zen.

En el antiguo sintoísmo los objetos guardados dentro de los santuarios estaban rodeados de un secretísmo místico. En Izumo, el santuario sintoísta más antiguo de Japón, el objeto en cuestión ha estado apartado de la vista del público durante tanto tiempo que se ha olvidado que era; se suele hablar de él simplemente como “el Objeto”.  

El pachinko es la industria más potente del país, superando a la automovilística y a la informática, y, según ciertos cálculos, el hombre más rico de Japón es aquel cuya empresa produce más máquinas de pachinko.

Bienvenidos a Osaka. Pocas ciudades importantes del mundo desarrollado podrían igualarla en la falta de atractivo general de su paisaje urbano, que consiste, principalmente, en un batiburrillo de edificios en forma de cubo y una red de autopistas y canales revestido de cemento.

Cuando el monje chino Lin-chi, fundador del zen rinzai, estaba en su lecho de muerte, sus discípulos trataron de reconfortarle diciéndole: “Transmitiremos tu sabidudía a las generaciones futuras”. “Entonces todo está perdido -gritó Lin-chi-. ¡Mis enseñanzas morirán con vosotros, recua de mulas ciegas!”

Los literatos no suelen ser grandes académicos, pues su curiosidad los suele llevar por extraños desvíos que tienden a incapacitarlos para el riguroso academicismo. Igualmente, puede que no sean los mejores artistas o escritores, ya que en contadas ocasiones tienen la ambición de granjearse una buena reputación en la sociedad o a establecerse empresarialmente. En resumen, son aficionados, aquellos a quienes los chinos llamaban hogai “fuera del sistema”

“Una sala de usos múltiples es una sala sin uso alguno”

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