domingo, 2 de noviembre de 2025

El cartero de Alpartir (1963-1968)

La japonesa que se volvió monja de clausura en España y el cartero aragonés que se fue a Japón

Libro Kimura y el cartero de Alpartir

Había una vez una chica llamada Masako Kimura, nacida en Japón, cuyo padre era un sacerdote budista. Masako se convirtió al catolicismo y su fe verdadera alcanzó cuotas celestiales cuando decidió irse a vivir al convento de clausura de las Hermanas Clarisas de Arnedo (en La Rioja - España).

Puede que la influencia del misionero vasco Francisco Zendóquiz afincado en Japón, tuviera bastante que ver. Y también que la hermana del misionero fuera abadesa en el convento de las Clarisas de Arnedo.

En todo caso, Masako Kimura logró su sueño. Aunque no fue fácil.
Placa de recuerdo del paso de Masako Kimura por Alpartir


El misionero Francisco Zendóquiz mandó una misiva a doña Mari, la maestro del pueblo de Alpartir, en Zaragoza. Se precisaban 40.000 pesetas de la época para el viaje (Según la calculadora del IPC del INE esto serían unos 9.700€ en otoño de 2025). Así que todo el pueblo de Alpartir se volcó para recaudar fondos para que esta japonesa pudiera venir a España. La noticia se volvió viral gracias a los medios de comunicación hasta alcanzar el nivel nacional. El programa de radio Madrid de la cadena SER, "Ustedes son formidables", cuyo objetivo era, precisamente, recaudar fondos entre los oyentes, llegó a sortear el vehículo del párroco del pueblo de Alpartir en una rifa. Lograron reunir el dinero para costear el viaje y Masako Kimura llegó a Alpartir donde fue recibida como si fuera Míster Marshall.
Masako Kimura en Alpartir (Zaragoza) en 1963
Y como el Míster Marshall de Berlanga pasó por allí y se fue a Arnedo a vivir en un convento de clausura para el resto de sus días.
Masako Kimura, la monja japonesa del convento de las Hermanas Clarisas de Arnedo

Como la historia daba para el drama, tuvo una continuación. En el mismo programa de radio, "Ustedes son formidables", su presentador Alberto Oliveras, animó a los oyentes a escribir cartas y postales a los padres de Masako Kimura que debían estar preocupados por su hija. 
¿Y dónde había que mandar esos tiernos mensajes de acogida? 
Pues al municipio de Alpartir.
Y así la minúscula oficina de correos de Alpartir, que era la casa del cartero Rafael Barranco, se vio inundada de mensajes de cariño llegados de todos los puntos de España. 
¿Y qué había que hacer con todas esas cartas? 
Pues hacérselas llegar a los padres de Masako Kimura, en Japón. 
¿Y cómo hacer eso? 
Pues mandando allí, al cartero.
😂😂😂

Y así es como esta sorprendente historia se vuelve aún más sorprendente. 

Rafael Barranco, funcionario de Correos del pueblo de Alpartir (Zaragoza) se fue a un pueblo en Saitama (Japón) en 1963 para entregar una saca de correo (una saca simbólica) a los padres de Masako Kimura.

Libro Kimura y el cartero de Alpartir


Esta historia está recogida en el libro "Kimura y el cartero de Alpartir" coordinado por Félix Arenales y editado en 2005 por la Diputación de Zaragoza.

Y de esta historia se hizo una coproducción entre la RTVE y la TBS japonesa. Se trata de un mediometraje de 40 minutos que se tituló "El cartero de Alpartir" y que se emitió el 4/1/1968 por TVE. En Japón el programa se tituló "El Santo llega a Japón".  
Noticia del rodaje de la película El cartero de Alpartir (LaVanguardia-Hemeroteca_08-09-1963
LaVanguardia Hemeroteca 08-09-1963

La película inicia con la algarabía de los niños de Alpartir con la llegada de la muchacha (que aquí se llama Miko Sakai). La japonesa que ha decidido profesar la fe católica e irse a vivir a un monasterio de clausura. La película se centra en el cartero y del personaje de Miko no oímos ni su voz.
El cartero aquí se llama Carlos (y lo interpreta el actor Joaquín Pamplona) y guarda un parecido, para mí bastante inquietante, con Francisco Franco.
Joaquín Pamplona El cartero de Alpartir
No me negarán que ese bigotillo y ese frente despejada no les recuerdan a alguien

Carlos, el cartero de Alpartir, se va a Japón, llega al pueblecito y junto al cartero de allí, se acerca a la casa de los padre seguidos por la comitiva de autoridades y curiosos. El padre que no quiere saber nada de la hija (porque se ha ido a España, y encima ha abrazado otra fe religiosa) se emocionará con las cartas de España, y terminará haciendo sonar la campana del templo para despedirse de Carlos.
Antes de volver a Espña, Carlos el cartero de Alpartir, tiene tiempo de cantar una jota a los niños japoneses que le siguen a todos lados y lo observan con curiosidad.

La película busca un paralelismo con la llegada de Miko a Alpartir (campanas, niños y jolgorio) y, más tarde, la salida de Carlos de Japón (con niños, algarabía y campanas).
Un detalle simpático: En Japón las autoridades discuten entre sí para apropiarse de Carlos. Y sacarle, a la historia del cartero español que ha viajado a Japón, un rédito político en las elecciones. 
Elecciones, algo que la España de 1963 no hacía falta hacer.



El cartero de Alpartir (1963) dirigida por Harunosuke Nakagawa y Carlos Estelar.
La película, en verdad, no es gran cosa, pero la historia es de traca, ¿no?

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