La versión made in USA de la leyenda de los 47 ronin es un film de acción y efectos especiales que eclipsa a los verdaderos protagonistas.
Keanu Reeves es Kai, un niño mestizo criado en el Clan Asano que, de adulto, llega a ser un paje o sirviente de los samuráis. Su presencia pero eclipsa en todo momento al verdadero héroe aquí, Oishi.
Algo similar le ocurre a Kira, el pérfido y malvado que provoca la caída del Señor Asano y todo su clan. Kira es un personaje completamente eclipsado por una bruja que está a su servicio.
(y nunca se nos explica por qué quisiera esa bruja tan poderosa estar al servicio de un completo inútil como Kira, que no logra NADA por sí mismo. Ni siquiera casarse).
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-Está buena la concubina esta -Es mi hija -Ups, perdón |
Aparte de la magia, que impregna el film en todo momento con criaturas fantásticas y poderosos seres del Más Allá, el film añade como hilo conductor el romance entre el mestizo Kai y la hija del señor Asano.
Tras la caída en desgracia de Asano (con suicidio), los ahora ronin del clan son desperdigados, el mestizo vendido y Oishi lanzado a un pozo.
Lo del pozo tiene tema.
Oishi pasa un año en el pozo, y cuando sale se toma un plato de arroz con su familia y recupera, de la nada, toda la energía (como Son Goku cuando comía). Y entonces Oishi planea la venganza.
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Tomar arroz. Recuperar la fuerza en 3, 2, 1 |
Su primera decisión es recuperar al mestizo (tiene 46 samuráis fieles, pero el primero que busca es al mestizo...).
Al mestizo lo han vendido a "los holandeses". Allí lo encuentra Oishi, en unas peleas entre El Club de la lucha y la ruleta de El cazador.
En esa secuencia cruzan un par de frases con un tipo lleno de tatuajes (que incluso sale en el poster promocional de la película) pero del que no volveremos a saber nunca más nada.
En esta película la tensión narrativa tiene un boquete hacia la mitad. Una caída de interés del que la película solo se recupera un poco en la batalla final. Ahí, tras la batalla, debería haber acabado.
Pero sabemos que la historia sigue. Tras la derrota de Kira, los 47 ronin deben expiar su culpa (haber desobedecido las órdenes directas del Shogun: no vengarse) con el ritual de suicidio: el seppuku.
Así que, tras la batalla, viene un largo final obligado por la propia leyenda.
En el momento del seppuku, que aquí es colectivo: los 47 se suicidan a la vez (recuerden que en la versión de Kenji Mizoguchi, se suicidaban uno tras otro)
Pero entonces aquí el Shogun detiene el ritual y pide que el hijo de Oishi no se suicide.
El hijo de Oishi es un personaje que hemos visto poco durante el film, así que no aporta nada de dramatismo que muera, o no.
Puestos a salvar a alguien, el Shogun podría haber salvado al mestizo (que nunca fue un verdadero samurái) y así hubieran tenido un film con final de "pareja".
Pero el drama épico de los 47 ronin no podía ensuciarse con un final de romance. Así que Kai muere, como uno más.
Como film de acción que es, los 47 ronin americanos tienen más batalla en cinco minutos que en las 4 horas que dura la versión que Kenji Mizoguchi hizo de la historia.
La leyenda del samurái (47 ronin; 2013) dirigida por Carl Erik Rinsch.
Basada en la leyenda de los 47 ronin.