domingo, 23 de marzo de 2025

El almirante: Mar de fuego (2014)

13 barcos coreanos detienen los 300 de la malvada flota invasora japonesa

La batalla de Myeongnyang

El 26 de octubre de 1597 tuvo la batalla de Myeongnyang. El almirante coreano Yi Sun-Si detuvo, con 13 barcos, la flota invasora japonesa que, según historiadores, era de entre 100 a 300 barcos.

Según el diario del almirante, se hundieron más de 30 barcos japoneses y en el barco que él dirigida tan solo hubo dos fallecidos y tres heridos.

Quizás las cifras no sean tan espectaculares.

En todo caso, sí que había una gran diferencia de fuerzas entre los dos contendientes. Y sí que la estrategia naval del almirante permitió un resistencia heroica que propició el rechazo del invasor.

Y Japón abandonó la idea de invadir Corea (al menos, por ahora).

¿Japoneses? ¡Que vengan!


La película

La película nos da a conocer al almirante Yi Sun-Si. Un hombre que, pese a haber sido degradado y siendo negadas sus peticiones de refuerzos, se mantiene fiel a sus responsabilidades. Defenderá la posición a toda costa.

Su mayor batalla, quizás no sea con los crueles japoneses invasores, sino contra el miedo de sus propios soldados que huyen o se le enfrentan directamente.

El almirante Yi Sun-si no duda en ejecutar cobardes. Luego, en la arenga previa a la batalla, exhorta a los soldados a vivir luchando en lugar de morir (porque huir o abandonar no implica salvar la vida).

Durante la extensa batalla naval, el guion de la película juega con cierto amago para mantener la tensión.

Cuando van al cara a cara, los 12 barcos que acompañan al buque insignia del almirante, se largan. ¿Abandonan todos?

Luego, en un momento decisivo, vuelven. ¿Era todo un plan?

Esbozo de un panokseon, el barco de madera coreano


Otro detalle realmente importante que la película deja ver pero que jamás menciona de forma clara es que mientras que los coreanos tenían cañones en sus barcos, la flota japonesa no.

El ejército japonés contaba con arcabuceros (hay un francotirador especialmente habilidoso).

Arcabuces japoneses


Y los coreanos, disponían de arqueros, cañones en sus panokseon e incluso una especie de lanzamisiles rudimentario con proyectiles capaces de atravesar las cubiertas de madera.

Y los temidos barcos-tortuga...

Replica de un barco-tortuga coreano

La película, pese a alguna secuencia humanizadora: el espía que se despide de su esposa muda, o la charla entre el almirante y su hijo, podría tomarse por uno de esos documentales de recreación histórica (algo como "grandes batallas navales" en el Canal Historia). Solo falta una voz grave ejerciendo de narrador.

El film es, no podía ser de otro modo, una reivindicación patriótica de la valentía y el orgullo coreano frente a los malvados invasores.

Los pérfidos invasores japoneses son plasmados aquí como unos salvajes piratas, cuyos jefes dirigen las batallas sentados en su tronos en los barcos y, por rencillas entre oficiales, prefieren perder la batalla antes que ir a ayudar a un "colega".

-Quizá habría que ir a ayudarle
-Esperemos a ver qué hace.


De todos los jefes japoneses, hay uno que tiene una presentación maravillosa. Incluso asusta a sus propios colegas.

Es el único jefe que salta al barco coreano. Pero hinca la rodilla bajo un lluvia de flechas y será decapitado por el almirante Yi Sun-Si (que como es el héroe, debe derrotar a su némesis diabólica).

El almirante: Mar de fuego (The Admiral: Roaring Currents) (Myeong-ryang; 2014) dirigida por Kim Han-min.

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