viernes, 9 de abril de 2021

El asesino de los caprichos

El asesino de los caprichos; 2019. De Gerardo Herrero.

¿Saben esa película de una pareja de policías, uno veterano rudo y solitario y el otro más joven, novato afable y familiar?
Pues aquí son Maribel Verdú y Aura Garrido.


Maribel Verdú haciendo de borde se hace extraño de inicio, pero cuando le grita a su compañera: "¿Te he pedido yo que me enseñes las fotos de tus hijos?" no puedes sino amar a ese personaje.
._. Por eso su final me parece injusto.


Como esto es una investigación policial, hay que hablar del malo.
ALERTA SPOILERS



En el tercio final aparece un sospechoso outtanowhere (al que no hemos visto ni nadie ha nombrado jamás) y te sientes estafado porque ya sabes qué ese no es,  y sientes que te están haciendo perder el tiempo.
El malo lo vi aparecer en el minuto 31.
Aunque no termina de quedar claro si el jefe está implicado o no.
Yo quiero pensar que sí, porque todos -a excepción de la "borde" de Maribel Verdú- me caen mal.

Una cosa sorprendente del rodaje (que se cuenta en unos EXTRAS muy poquita cosa en el DVD) es que parece que sale más barato ir a rodar a Bélgica (algo prescindible para la historia, en realidad) que rodar en una azotea en Madrid.
Así que todas las escenas de charla en la azotea -y hay muchas- están rodadas en un plató con croma verde y objetos en 3D añadidos en postproducción.
Como eso debía ser muy chulo (y había que rentabilizarlo) hay muchas escenas de charla en azotea. Es como si todo lo importante que se habla en una comisaria de policía se discutiera en la azotea. Será por lo micros del CNI o algo.

._.


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