martes, 13 de octubre de 2020

Un amor

 


Fue ella quien pidió un perro y ahí lo tiene. Ahora no puede -no debe- decir -y n siquiera pensar- que no lo quiere.

Cuanto menos escriba uno su nombre verdadero, mejor, bromea.

Bueno, le dijeron, a veces uno no sabe por qué hace lo que hace, ¿verdad?

Sabe que se está poniendo excusas para no afrontar el problema.

¿No es claramente inferior? Inculto, sucio y pobre, ¿Qué daño puede hacerle? ¿Por qué le afecta tanto?

Los días se suceden y el cansancio se acumula.

Repetir es profundizar.

Cuando ella le pregunta algo, cada una de sus respuestas suena siempre a final, marcando de antemano la inconveniencia de continuar.

Entre todas las interpretaciones posibles, Nat escoge la peor.

Ostenta el poder de la víctima.

Hace exactamente el mismo recorrido que hicieron entonces, pero no para recuperar las mismas sensaciones, sino justo al revés, para borrarlas y escribir otras nuevas sobre ellas.


Un amor
Sara Mesa

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