martes, 16 de junio de 2020

La conjura contra América


La conjura contra América (The Plot Against America; 2020) Ed Burns & David Simon.
Mini-serie (6 episodios de 60 minutos)

El aviador, y héroe americano, Charles Lindbergh se presenta a la elecciones presidenciales de Estados Unidos en 1940. Su ideario se basa en mantener alejado a su país del conflicto europeo. En esta ficción de historia alternativa, Lindbergh derrota en la elecciones a Roosevelt. 

La historia del conflicto bélico mundial lo seguimos a través del pequeño Philip, su familia, y el resto de parientes y vecinos de Newark (New Jersey).



Cuando Evelyn (Winona Ryder) se siente anonada por el rabino Bengelsdorf (John Turturro) y los libros eruditos que el rabino tiene y ha estudiado, el rabino le dice que solo debe leerse uno... 
"Entre Aristóteles y la Biblia", dice. Y le presta Guía de Perplejos de Maimónides.


La ambientación de la serie es zambullidora. Los barrios, las calles, el tráfico, la ropa, ¡los sombreros! Uno realmente cree estar ahí. Y en esa pecera espacio- temporal dos personajes son bordados: Herman Levin interpretado por el actor (lo he buscado, ¿eh?) Morgan Spector y en especial la actriz Zoe Kazan (descubro su nombre en IMDB, y descubro que ¡es la nieta de Eliza Kazan!) es tan Bess Levin que lo raro es verla en entrevistas de tv o en alfombras rojas con el smartphone en la mano. Verla hoy en día parece un anacronismo extraño, porque solo puedo verla ya en los años 40.

Hemos visto/leído como poco a poco Alemania se fue volviendo más y más nazi. Y cómo fueron apartando los ciudadanos judíos hasta... Pero aquí vemos ese lento desgaste de derechos civiles en los Estados Unidos. Ahí está el núcleo de la obra de Philip Roth y de la serieCharles Lindbergh no queda muy bien, pero Henry Ford queda aún peor. El KKK también aparece en esos estados de la América profunda, aunque salen como folklorismo ya que el terror verdadero no es (solo) un tipo con una capucha, sino esos tipos con traje y corbata manoseando en Washington.

Bess dándole duro con la verdad

Como en esas historias (reales o ficcionadas) sobre el ascenso nazi en Alemania (y en otros sitios) uno siempre se pregunta: ¿La gente normal no lo vieron venir?
._. 
¿Acaso lo estamos viendo venir ahora? No vienen, siempre han estado aquí, en menor medida a veces, más alborotadores otras. Y la "gente normal" no lo ve, porque "los otros", también son "gente normal".



* Peligro spoilers *


He leído que la novela tiene un final algo raro para poder volver a la "realidad histórica real". También uno de los cierres en la serie es confuso.
¿Se supone que Lindbergh muere¿En un atentado contra el avión? ¿Lo provoca Alvin manipulando la maquinota esa en medio de un bosque? ¿Está vivo y ha sido chantajeado por unos nazis que secuestran a su hijo como afirma desesperadamente el rabino?

El último episodio contiene uno de los momentos más angustiosos que jamás haya visto (oído, en realidad porque no llegamos a verlo). Me refiero a la llamada nocturna que hace el pequeño Seldon desde las profundidades de Kentucky a la sra. Levin diciéndole que su madre no ha vuelto del trabajo, ni ha llamado y que él cree que está muerta. La sra. Levin intenta consolarlo, distraerlo con otra cosa y hacerle comer algo por teléfono. Esa secuencia me pareció aún más terrible que cuando, ya al rescate, pasan junto al coche calcinado de la madre asesinada.
El miedo y la soledad de Seldon en su casa, colgado del teléfono hablando con una vecina a kilómetros de distancia, me resultó apabullante.


La conjura contra América es una serie tan buena que te mete dentro, y en apenas 6 horas, vives muchos años en ese mundo. Pero no son tiempos agradables ni alegres. Son sombríos y peligrosos. Sientes que puede venir una pedrada en cualquier momento. Sientes, porque sabes de historia suficiente para saber que todo va ir a peor, que se pondrán feas las cosas para esa familia. Y sus sueños de comprar una casa nueva no se harán realidad. Ni siquiera el día de la boda es feliz, todo está barnizado ya de tragedia.
La serie termina tras una discusión familiar. Gente anónima a los que la Historia (en mayúscula) ha masacrado sus vidas simplemente por estar en ese lugar, en ese tiempo que les tocó vivir. 
Y con un Philip que se acurruca en su habitación y llora. Justo lo que quisiera hacer yo.

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