Apenas sé nada. Mi paso por los centros de enseñanza no me sirvió de mucho: sólo memorizaba cosas que ya he olvidado. Mi prioridad allí fue sobrevivir.
Ahora puedo acceder al conocimiento, pero el trabajo me roba el tiempo.
Y cuando tenga tiempo ya estaré demasiado muerto.
No hay ni un solo estante de una biblioteca que no contenga un libro que me llame la atención, que no despierte mi curiosidad o que no me abra la puerta a un nuevo conocimiento. Quizás les parezca una reflexión muy bucólica... pero es la realidad y cualquiera que haya pasado algunas horas colocando libros en su sitio en una biblioteca habrá llegado a una conclusión parecida.
Muchos libros para leer y poco tiempo.
Esa es una máxima cruel.
Si a eso le sumamos la brevedad de la vida...
Todo junto, todo combinado, es un cóctel amargo.
Quisiera agradecer de forma anónima a esa decena, centena de profesores y profesoras de varias asignaturas que en sendos blogs o canales de youtube comparten conocimiento. Lección a lección llegan a tener blogs, por lo general de diseño desfasado y anacrónico, pero a rebosar de conocimiento y amenas explicaciones para todos.
Nunca como en nuestro presente había sido tan fácil acceder al conocimiento.
Y no es un presente demasiado alejado del de Ready Player One (de toda la película a mí lo que me interesó es el conocimiento ordenado disponible en OASIS).
La falta de tiempo no debería ser una excusa. Mis días tienen las mismas 24 horas que para los demás. Depende de a qué o a quién le dedique uno ese tiempo.
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