Durante la celebración de graduación todos los estudiantes de un autobús (menos tres) desaparecen sin dejar huellas. 21 años más tarde, la hermana de una de las desaparecidas se dispone a descubrir qué ocurrió.
Lo primero que debo decir es que no desaparecen de un autobús, sino de un camión. En todas las reseñas, y hasta en la propia serie, se refieren a la desaparición del 'autobús' cuando se ve claramente que aquello es un camión.
Dicho esto, que no afecta para nada a la historia, les diré que esta serie de 6 episodios disponible en Netflix creada por Tea Lindeburg (y basada en un podcast) se podría resumir como: El Stranger Things danés.
La desaparición de la muchachada pronto se mezcla con una trama de sectas y cultos oscuros (¿Hay algo más inquietante que el conejo de Pascua?).
La historia sigue a Astrid (saltando de su versión de 9 años, cuando desaparece su hermana. Y su versión 21 años después, cuando intenta averiguar qué ocurrió). Astrid está traumada (presenta un programa de radio de cosas paranormales) pero a medida que avance la serie irá descubriendo (y nosotros con ella) nuevos recovecos de la memoria que deberían traumarla aún más.
Danica Curcic interpreta a la Astrid actual, pero ya les digo que la que les "arrobará el corassón" es la versión mini, interpretada magistralmente por Viola Martinsen.
Pero Astrid no es el punto de vista único, ya que también vemos momentos que ella no conoció, ni puede conocer jamás, los de su hermana Ida. Si son quisquillosos con estos detalles, se les arruinará pronto todo porque hay flashbacks de charlas que Ida tuvo con gente a la que Astrid ni conoce.
Ida (Karoline Hamm) es el otro puntal de la serie. Es la adolescente de instituto cuyo destino está sellado y cuyo trágica desaparición no puede evitarse. Sus caminatas por los pasillos del centro escolar, las charlas vacuas con sus amigos (la mejor amiga, el gamberrete y el amigo-que-la-quiere-pero-calla) y todo el ambiente "añejo" (desaparecen en 1999) me recuerdan a otra mítica alumna (y rubia) de instituto que desaparece en un pueblo maderero y cuya vida tampoco era lo que parecía.
Hablo de Laura Palmer.
Ida me recordó tanto a Laura, que mientras veía Equinox me entraron unas terribles ganas de volver a ver Twin Peaks.
Las comparaciones son odiosas. Esto no es Stranger Things, ni Twin Peaks. Pero si les gustaron esas dos instant classic de los misterios rarunos-rurales, Equinox es una buena opción, menor, pero entretenida (¡y breve!)
Y ahora la importante: la biblioteca
El historiador le busca todo los libros sobre el símbolo que va apareciendo en la trama (ver logo de la serie), le cuenta todo y luego se va.
-Deje los libros ahí -dice saliendo-, alguien los volverá a poner en su sitio.
Bien. Yo no salgo en la serie. Pero soy "el alguien" que vuelve a colocar los libros en su sitio.
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