Usando la misma plantilla del formato de MasterChef (o Maestros de la Costura y tantos otros) el talent show de las reformas es lo de siempre pero mayor.
Más gente y más tiempo (pasamos de las 3 horas para cocinar un plato a los 3 días para reformar un par habitaciones).
Lo llaman "reformas" pero ahí todo el mundo va de interiorista esnob. Y cuando hay que hacer cosas "sucias" como poner unas losas en el suelo o barrer un patio de hojas, parece que ninguno sabe cómo ponerse al tema.
Mi interés en este tipo de programas no está en el bricolaje, ni en la composición de espacios, sino en la gestión del estrés y el liderazgo.
Las peleas y los llantos vienen por cosas insignificantes como poner en un sitio o en otro un saco de yeso. O gente que está al cargo y mandan mucho y trabajan poco. Y se desmoronan porque no les hacen caso.
No por mucho gritar, llevas más razón.
Un poco de humildad, nos vendría bien a todos.
Jurado
Los dos tipos del jurado parecen haber salido directamente de Maestros de la Costura. Y aunque a uno lo presentaron como el diseñador de no se qué estadio en Qatar, da la impresión que no ha colocado un azulejo en su vida. Tan sólo la muchacha del jurado (Carolina Castedo; arquitecta y JEFA DE OBRA) está ahí dando indicaciones claras de cosas prácticas.
Participantes y apuesta de ganadores
Obviando el abanico de petardeo y freaks habitual. Mi apuesta para ganar el "concurso" va para un par de amigos: Qrro & Borja y una pareja de gaditanos formados por un tío y su sobrino: Raúl & Chano.
Lo mejor del programa fue cuando los participantes "terminaron" su reforma (adviertan el uso de comillas en terminaron) y el presentador les dice a los clientes: -Bueno, ahora vendrá un equipo de profesionales a arreglar lo que haya que mejorar.
¬_¬
Ese sí sería un buen programa.
Un grupo de PROFESIONALES llegando a la obra y diciendo: ¿pero esto qué es? ¡cómo está de mal todo!
Y arreglando el desaguisado.
Siempre he defendido que los talent show deberían emplear a gente profesional. Y da igual si son cocineros como en TopChef o maestros armeros como en Forjado a fuego.
En lugar de subir el listón y permitir al espectador aprender del profesional, nos ponen siempre a gente que CREE que sabe hacer algo rodeados de auténticos petardos que tan sólo están ahí para provocar amor/odio en redes.
Y para ver a gente que finge y que busca la reacción del público ya está el wrestling.
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