viernes, 18 de marzo de 2022

Akira


He vuelto a ver Akira. Y me gustó más que la última vez (años atrás). Quizás porque me he hecho más viejo y ya no hago reproches a que la animación haya quedado algo antigua. 

Hoy Akira me gustó por su historia y porque contemplo, con horror, que ese futuro de 2019 que presagió la historia en los años ochenta, no dista mucho de la realidad en la que vivo ahora.
Aunque Otomo, su autor, hablase en realidad, de la juventud rebelde de los setenta y las manifestaciones políticas en ese Japón de la generación posterior a la ocupación extranjera. 
Y que estuviera muy influenciado por el futuro tecnificado que ya predijo Tezuka en sus mangas y por las pandillas de moteros de películas americanas como Easy Rider.
Su predicción del futuro se tornó bastante acertada.

Quizás porque los jóvenes rebeldes desapegados de la sociedad donde la realidad es una farsa y, en las sombras, una élite de viejos controla y manipula la verdad es un escenario social atemporal. O cíclico. O el mismo paisaje de siempre con actores cambiantes.

En todo caso, su futuro es nuestro presente, camino de ser ya pretérito ._.


La moto de Kaneda, es capaz de dar marcha atrás.



El costo de producción de Akira fue tan desorbitado (mil millones de yenes) que hicieron falta la suma de varios estudios de animación para costearla. Fue un laborioso y minucioso trabajo que destaca -aún hoy- por el nivel de detalle en la animación. Hoy se ve sombría y antigua pero mucho más elaborada que muchas producciones posteriores.
Akira fue estrenada ANTES que el manga acabase, así que la historia dibujada difiere, pero como el propio Otomo estuvo al cargo su resolución es canon.

El éxito mundial fue muy destacado. Abrió la puerta de la animación japonesa al mundo y su influencia en mangas, animes y películas y series posteriores es clara y reconocida. 
Verla hoy es rememorar escenas de otras historias (Tetsuo volviéndose poderoso recuerda al rabioso Vegeta super saiyan. Y esos niños con poderes, a Stranger Things). Pero todas esas son obras posteriores. AKIRA es el inicio.

Y siempre vale la pena volver al inicio.


Akira (Akira; 1988) de Katshuiro Otomo.

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