domingo, 7 de julio de 2019

Stranger Things 3


Stranger Things 3 me ha decepcionado. Y por momentos incluso me aburrí.

Parte de la culpa, a mi humilde modo de entender, es que en esta tercera entrega la serie se ha "simpsonizado". 
Me explicaré.

Los autores se han empeñado en una especie de fan service, que les ha llevado a hacer aparecer todos los personajes de las temporadas anteriores y han tenido que darles espacio para que cada personaje "hiciera lo suyo". 
Eso ha llevado a que en lugar de añadir esas apariciones a la trama, ha sido la trama (los malvados ##spoiler## y el resurgimiento de ##spoiler##) la que ha sido encajada, aquí y allí, en los huecos disponibles de una sucesión de gags, guiños a la época, momentos autoparódicos y situaciones (algunas ridículas) que parecen haber salido directamente de un fanfic.

Ocurre al igual que en esos episodios de Los Simpson sin argumento alguno, en los que todo es una sucesión de gags y guiños a otras cosas, y en los que van apareciendo personajes conocidos a decir "su frase".

La potencia de la historia que vimos en la temporada 1 de Stranger Things (y que se mantuvo en su mayor parte en la temporada 2 -a excepción de ese grupo de asalta casas del que apenas llegamos a saber nada-), se ha diluido aquí.
Lo que me mantuvo ante la pantalla no fue la historia, fueron los personajes.

Aunque hay personajes que se pasan la temporada gritando y corriendo de aquí para allá sin que el espectador (o yo, al menos) sienta ningún frenesí de acción. Ese intento para ser "trepidante" resulta por momentos insulso. Y hay charlas aburridas y sin ningún interés.

El otro problema es que los niños están creciendo.
Y cuando esto ocurre, añadir más niños nunca es la solución.

¿No te gusta Suzie? Pues te...


Queda una cuarta temporada (la última, dicen).
Ojalá no pretendan estirar este chicle porque ha perdido bastante sabor ya.

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