Japón 1860. Un samurái llega a un pueblo en tensión por la guerra fría que mantienen dos clanes. Decide ofrecerse a uno, y a otro, a ver cuál le paga más como guardaespaldas.
El samurái (y el enterrador) son los únicos beneficiados con el conflicto.
El secuestro de una mujer (y la posterior liberación por parte del samurái -que como dice el tabernero, tiene buen corazón) y la llegada de un joven samurái con un revolver, precipitan la destrucción final.
Ayer, hoy y siempre
"No te harás rico si no te creen ladrón y asesino"
La popularidad del samurái interpretado por Toshiro Mifune propició una secuela del propio Akira Kurosawa: Sanjuro (1962) (reseñada aquí).
El argumento de Yojimbo fue trasladado al western por Sergio Leone en Por un puñado de dólares (1964) con Clint Eastwood con poncho.
El argumento volvió a adaptarse en un film de Walter Hill, con Bruce Willis de protagonista, esta vez a un ambiente de organizaciones mafiosas: El último hombre (1996)
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