domingo, 8 de junio de 2025

Zatoichi (2003)

Zatoichi, el errante espadachín ciego,  fue creado por el escritor Kan Shimozawa en 1948. Debutó en el cine en 1962, con La historia de Zatoichi, película dirigida por Kenji Misumi y protagonizada por el actor Shintaru Katsû.
Shintaru Katsû fue Zatoichi en decenas, DECENAS, de secuelas con las más variopintas aventuras. Destacaré solo una, el crossover de samuráis definitivo, Zatoichi to Yojimbo
En esta película, de 1970 y dirigida por Kihachi Okamoto, Shintaru Katsû, Zatoichi, se encontraba con Toshiro Mifune, que retomaba el papel de Yojimbo que había interpretado en las películas de Akira Kurosawa, Yojimbo y su secuela: Sanjuro.
Yojimbo es, también, la película que plagió Sergio Leone, o que tomó como inspiración, para su Por un puñado de dólares.

Toda esta introducción es para llegar al punto que, en 2003 el personaje de Zatoichi estaba más que quemado. 




Pero Takeshi Kitano, humorista y simpática estrella de la tele japonesa, decidió renovarlo y llevarlo a su terreno. Violencia y humor en un lavado de cara, y teñido de cabello, que revitalizó a un personaje carismático y atemporal.

Zatoichi es un ciego y errante masajista, aficionado al juego, y con unas aptitudes para la lucha que le hacen vencer, sin despeinar su cabello rubio platino, al más hábil de los samuráis.

La historia en sí no importa mucho. Zatoichi llega. Desata un matanza de malvados. Y se va. 
Metidos en la trama, diremos  que conoce y ayuda a los campesinos subyugados a un clan malvado y ayuda a unas chicas, metidas a geishas para sobrevivir, a vengarse de los asesinos de sus padres.
Zatoichi derrota al antagonista, un hábil samurái. Las chicas logran vengarse de los malvados y el pueblo logra la paz.
Todos los buenos, menos Zatoichi, bailan en el número musical final.
El masajista errante, ha marchado ya en busca de nuevas partidas de dados.


La película, acusada de violenta y hasta de sangrienta, destaca más allá de los duelos de espadachines, por un humor desternillante y fresco. Por ejemplo:
· El trabajo repetitivo de los campesinos se acopla al ritmo de la música en unas escenas de simple transición que adquieren así, una simpática frescura.

· El día que Hattori decide entrenar a unos tipos del pueblo. Y la coreografía de bastonazos que recibe es, simplemente, magistral.
· Y un gag que repite un par de veces y que me encanta: un tipo nervioso y asustado desenfunda la katana tan cerca de su compinche, que termina por herirle. Simplemente, genial.

Aparte de violencia y humor, la película también tiene momentos cumbres de emoción como la historia de las geishas.
Cómo sobreviven al asesinato de toda su familia y cómo logran llegar a adultas es algo que se nos narra de forma muy breve, con una elipsis, que se detiene en el abrazo y los ensayos del baile.

Sirva este como ejemplo que en Kitano hay más que violencia de tipos taciturnos (sus habituales roles) o de batacazos cómicos (como en su célebre programa de caídas y porrazos: Takeshi's Castle. En España: Humor amarillo).
 


Zatoichi (2003) dirigida por Takeshi Kitano.

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