Introducción
Pueden saltarse esta introducción porque en ella hablaré de mí. De los libros hablo luego, más abajo.
Yo tenía una tía que una vez me regaló una camisa hawaiana tan horrible que me hizo llorar. Desde ese fatídico día, la buena mujer sólo me regaló libros.
En su casita había una salita con un armario-estante lleno de libros y un sofá. Era una salita cerca de la puerta de entrada a la casa. Y era una salita sin ninguna utilidad cotidiana. No era cocina, no era baño, no había tele… Supongo que era un lugar para sentarse a leer. Digo supongo porque jamás vi a nadie sentado ahí leyendo (en mis recuerdos, solo me veo a mí leyendo en ese sofá).
Luego se construyó un garaje adosado a la casa y la salita de lectura perdió su ventana, que se convirtió en puerta de acceso, y toda la sala pasó a ser un mero pasillo de tránsito a otra parte.
Un primo, que según mis tíos no agarraba ni un libro por accidente, tenía en su siniestra habitación un montonazo de libros de la serie “Alfred Hitchcock y los 3 investigadores”. Los tenía perfectamente ordenados en un estante encima la cabecera de la cama. Lo de siniestra habitación es porque mi primo tuvo un pasado con gustos musicales como Barricada o La Unión. (Años más tarde yo decoraría mi habitación con cosas más siniestras aún, como Marilyn Manson).
Mi tía me permitía sacar algún libro de mi primo ¡A ESCONDIDAS! Lo que, obvio, hacía el libro mucho más interesante.
No recuerdo qué ejemplares leí. Alguno, no todos, y como por entonces no estaba obsesionado por el orden (aún no era Biblioteca) no los iba sacando por orden, sino que los elegía entre los que tenían el título más morboso o la ilustración más siniestra.
Y es que para mí eran libros de miedo.
Y pasaba verdadero miedo leyéndolos. Pero los leía igual porque de pequeño yo era muy valiente.
._. No como ahora.
Y dejemos ya la introducción y vayamos a lo que interesa.
Alfred Hitchcock y los 3 investigadores (libros)
Los adolescentes, al leer las aventuras de Alfred Hitchcock y los Tres investigadores se sienten incorporados al formidable equipo de Júpiter Jones, Pete Crenshaw y Bob Andrews. Junto a ellos practican métodos deductivos que agilizan sus mentes, vencen el miedo a lo desconocido, luchan por causas justas y gozan el placer de ser útiles a sus semejantes.
Leo (en Wikipedia) que Los 3 Investigadores fueron creados por Robert Arthur (y continuados por otros autores a la muerte del creador). Hay varias series. La original consta de 30 libros (entre 1964-1979) y siguió con 13 libros más (1981-1987), tras la muerte del cineasta Alfred Hitchcock. Una tercera serie, de 4 libros (1985-1989), ofrece un moderno avance: la historia imita la serie “Elige tu aventura”, y así el lector toma decisiones sobre el argumento saltando de página en página según sus elecciones (“Los 3 investigadores necesitan tu ayuda”, lo llamaron). Hacia 1990, hay una serie nueva, de 11 libros, con los protagonistas más mayores. (El autor/a del texto en la Wikipedia lo describe así “interactuando con chicas y la posibilidad de manejar coches”).
En 1993 una editorial alemana se hizo con los derechos y ha venido publicando libros con esos protagonistas. Entre 1998 y 1998 la Editorial SM publicó alguno de esos libros alemanes al castellano.
Los libros de la serie original fueron editados en España por El Molino.
RBA está reeditando la serie original (con unas ilustraciones muchos menos tenebrosas) desde 2014. Pueden encontrar esos libros en las mejores bibliotecas.
Y los libros originales (algunos desperdigados por las biblios) se encuentra a recaudo en un fondo especial de la Biblioteca Xavier Benguerel de BCN
Pueden encontrar el listado completo de los libros en la Wikipedia
Los 3 investigadores (???)
Júpiter Jones: el primer investigador es el cerebro del equipo. Es huérfano (como todo héroe) y vive en una chatarrería con sus tíos. Tiene un pasado de actor infantil (Bebé Gordito), pero ahora, tras muchas lecturas, es un genio de la deducción.
Pete Crenshaw: el segundo investigador es el atleta del equipo. Su padre trabaja en la industria del cine.
y Bob Andrews: el tercer investigador trabaja a tiempo parcial en la biblioteca (Denle LAIC a este tipo)
Viven en Rocky Beach, una ciudad costera del Pacífico, cerca de Hollywood, y son "apadrinados" por el cineasta Alfred Hitchcock que decide contratarlos.
(No hace falta decir que Alfred Hitchcock fue un director de cine de verdad. Esto lo apunto porque en mis visitas escolares he descubierto horrorizado que las nuevas generaciones desconocen todo aquel ser que no tenga un canal en Youtube).
Alfred Hitchcock y los 3 investigadores (películas)
¿Khé?
Sí, amigos, existen dos películas al respecto:
Son producciones alemanas pero parece que el poco éxito que tuvieron cancelaron el proyecto que debía cerrar la trilogía.
(Ahora necesito ver esas películas, ¡maldita sea!).
._.
De los libros de mi primo, con las mudanzas que ha hecho, seguro que se han perdido, o algo peor.
Alfred Hitchcock y los 3 investigadores (nº 1)
Misterio en el Castillo del Terror
Robert Arthur
-¿Cómo te ha ido el trabajo en la biblioteca?
El trabajo en la biblioteca siempre era monótono. Bob se dedicaba durante media jornada a clasificar los libros que devolvían y ayudaba a catalogarlos.
Te encargarás de las gestiones secundarias y del registro de todas nuestras operaciones.
-Eso me va -dijo Bob-. Mi trabajo en la biblioteca me capacita para ese cometido.
Además, mañana tengo que trabajar todo el día en la biblioteca.
(¿No era media jornada?)
Aprovecharás la ocasión de estar en la biblioteca para hojear todos los periódicos y revistas viejas en busca de información.
(Porque en la biblioteca no hay trabajo y tienes mucho tiempo libre).
Un teléfono móvil -informó a Pete-. Se pulsa el botón y se da el número deseado a la telefonista. (El libro se publicó en 1964).
-¿Explorar yo el Castillo del Terror? -chilló Bob-. ¡Ni hablar! No pienso acercarme a él, si no es a través de la lectura.
En aquel momento el sentimiento de nerviosismo se transformó en aguda angustia y luego en franco terror (Franco Terror; María Lourdes Pol de Ramírez, fue la traductora para Ediciones Molino)
Bob había tenido mucho trabajo en la biblioteca, recatalogando todos los libros. (Bob está explotado). La ausencia de otro empleado, por enfermedad, hizo que Bob se sintiera muy agobiado en el trabajo. (Tod@s te comprendemos, Bob).
Recuerda que el temor como el terror son sólo sensaciones. Pasarás mucho miedo, pero te puedo asegurar que no sufrirás daño alguno.
Frecuentemente daba largos y solitarios paseos con ánimo de sacudir mi depresión.
Misterio del loro tartamudo
Robert Arthur
Pete es alto, de buena musculatura, pelo castaño, fácil presa de los nervios antes de los sucesos y un roble frene a los agobios.
...diré que es recio y corpulento, y que tiene cara redonda con aire de imbécil consumado.
El pánico es más temible que el mismo peligro -arguyó Júpiter-. El pánico incapacita al individuo para tomar decisiones adecuadas.
-Está en dificultades -comentó Júpiter-. Veamos si podemos serle útiles.
... me entretuve un poco en gozar del Sol.
...la biblioteca, donde trabajaba unas horas al día, ordenando los libros en los estantes.
Está furioso, y la furia es hija del miedo.
¿Y si el tesoro que guardaba en la caja de metal era un libro raro? Algunos libros valen miles de dólares.
Pete llevaba consigo su máquina de escribir portátil, para escribir las frases que los pájaros supieran. (porque llevar un bolígrafo y un papel era demasiado peso).
No pudo ver nada a través del espejo retrovisor. En vista de ello, solucionó el problema abriendo la puerta de su lado para asomarse (¡!)
Durante el trabajo en la biblioteca, la mente de Bob estuvo a un millón de kilómetros lejos. (Como te comprendemos, Bob).
Bob cometió tantos errores en la biblioteca, que al final lo mandaron a su casa, donde tomó asiento frente a la ventana de la salita para contemplar las nubes sobre las cercanas montañas de Santa Mónica, como si en ellas estuviera escrita la respuesta que anhelaba.
mancomunado esfuerzo.
Misterio de la momia
Pete y Bob me sustituirán mientras tanto. Hace días que suspiran por una buena jornada de trabajo.
La deducción es sencilla si uno hace trabajar, la mente.
... uno de los siete hermanos Magasay, que cuidan de mi jardín -explicó el profesor-. Son filipinos y nunca sé reconocerlos por separado.
Lord Cárter
Había trabajado mucho y duramente en la biblioteca aquella tarde, sin que pudiera dedicar ni un segundo a los asuntos profesionales que eran de su competencia.
Los condujo a una biblioteca atestada de libros, magnetofones y cintas registradoras.
-No estará de acuerdo con ellos? -preguntó Bob, que había leído mucho sobre mayordomos implicados en asuntos criminales.
-El profesor cuenta lo que aprendió en los libros -la voz de Hamid sonó rencorosa-. Pero no todo está en los libros. Hay hombres sabios que atesoran conocimientos secretos para los demás.
Sherlock Holmes dijo una vez que cuando se han descartado todas las respuestas, la que queda ha de ser cierta.
Bob, que había estudiado taquigrafia mientras aprendía a escribir a máquina...
Misterio del fantasma verde
[Bob] trabaja media jornada en la biblioteca local, donde recopila información útil que ayuda a resolver los casos.
Antes de venir aquí estuve un rato en la biblioteca.
Era bien parecido y muy americano, excepto por sus ojos oblicuos de oriental.
Lo que no puede evitarse, debemos afrontarlo -dijo-. Y como no hay nada que podamos hacer, intentemos disfrutar nosotros.
Todos sabemos que la simple creencia es eficaz medicina que cura enfermedades y salva moribundos.
Alfred Hitchcock y los 3 investigadores (nº 5)
Misterio del tesoro desaparecido
Robar joyas es peligroso. La policía dispara primero y pregunta después cuando persigue a los malhechores.
En el próximo bloque hallaron un supermercado, seguido de una serie de inmundos establecimientos. Evidentemente, se trataba de un distrito comercial.
¿Qué hace uno cuando se le dice que es valeroso, aunque personalmente lo ponga en duda?
Toda actividad delictiva resulta difícil y termina en desastre.
-Pero, agente, ¡los ladrones de aquel camión han secuestrado a un par de chicos! -gritó Bob asomando la cabeza por la ventanilla de Hans-. ¡Por favor, deténgalos!
-Historias fantásticas no les ayudarán a salir de ésta -gruñó el agente-. ¡Vamos enséñeme la licencia!
Alfred Hitchcock y los 3 investigadores (nº 6)
Misterio en la isla del esqueleto
Robert Arthur
El chico es conforme -aseguró el jefe de policía-. La mala reputación de Chris se debe a su condición de extranjero.
Busque dos hombres incapaces de fingir que vigilan el equipo al mismo tiempo que lo roban. Quiero dos hombres honrados.
No me asustaste a mí -se defendió Bob-. Asustaste a mis piernas. No supe que iban a correr hasta que lo hicieron, y muy deprisa.
Lo difícil que resulta convencer a la gente en cuanto a que renuncie a una creencia que le gusta.
No todos los accidentes son debidos a temeridades. A veces ocurren cosas inesperadas.
Cualquier chico sabe cuando otro de su edad es un granuja, y Chris no lo es.
Los adultos desoyen a los chicos cuando tienen formada opinión propio -observó Bob.
Leí todos los libros de los 3 investigadores por qué los tenía mi amigo Marcos, y sigilosamente cuando iba a su casa conseguía que me los fuese dejando a pesar de sus reticencias, y junto con los de Enid Blyton marcaron mis futuras preferencias literarias.
ResponderEliminarDe los tres investigadores recuerdo el pensar a menudo que suerte tenían los chicos por poder tener esas aventuras, y que por qué no había historias de chicas...
Con los años he podido superarlo y leer montones de historias protagonizadas y escritas por mujeres.
Ciertamente la total ausencia de chicas resulta muy chocante. ¿Llegaste a leer alguno de la última saga? Parece que ahí, con los muchachos ya mayores, sí aparecía alguna en las aventuras.
Eliminar^.^ Gracias por comentar.
Yo tenía 8 años cuando los leía, no recuerdo echar de menos a chicas...
ResponderEliminarYo tengo la colección completa de la primera etapa, hasta el número 43. Y dos de la nueva etapa. Comprados la mayoria en una parada de mercadillo semanal. Me gustaban mucho las aventuras, y ahora con mis 46 años me los he releido todos y siguen siendo interesantes, a pesar del paso de los años.
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