El autor sale a caminar y se encuentra con un tipo con el que, 30 años antes, intentó realizar una película. Y bueno, de eso va el libro. (No es spoiler porque sucede en el prólogo).
Como la historia es made in Japan, tiene su propio tempo. Parece que no pase nada. Y en realidad todo “ya ha pasado” en muchos otros tiempos pretéritos...
Como la historia es made in Japan también tiene algo de sexo retorcido. Tengo la impresión que el autor teme que no pillemos la idea: ¿Eran amantes Annabel Lee y el narrador en el poema de Poe? Así que menciona a la novela “Lolita” de Nabokov, y por si te has saltado medio libro, al final, sale de la nada, una historia rara de un fotógrafo haciendo fotos a unas niñas ensayando movimientos de ballet. Y por si eres de los que necesitas que te subrayen las cosas dos veces, más al final aún, vuelve a las fotos y escribe “pedofília”. Pero en realidad ese no es el tema del libro, eso es el sake de la historia.
Para mí, la novela va del paso del tiempo, del destino que te lleva a proyectos y personas y si todo se tuerce, 30 años después, el destino te lleva ahí de nuevo. Trata del arte, de autores alabando a otros autores, maestros de maestros. De gente con talento y a la vez, incapaz para otras cosas. Y de gente que parece inútil, pero tiene un tesoro si damos con la llave.
¿Es real esta novela? ¿Es Kenzaburo Oé el Kenzaburo Oé de la narración? ¿Existió Sakura? Esa actriz tan fenómeno que pese a ser japonesa interpretaba a ¡gitanas en películas españolas!
Cuando se pone a hablar de aspectos de la historia de la película, me aburrí. Eso es el ejemplo de cosas vitales para los personajes, pero que al lector -al menos yo-, le importan más bien poco.
Otra cosas que me molestó es el afán de hacer pasar reflexiones escritas por diálogos. Dos personajes se encuentran y de repente uno suelta una parrafada de página y media. ¡Eso no es un diálogo! Nadie se queda a escuchar eso. Le da tiempo al personaje oyente a ir al baño, a comer, a dormir y al despertar, el otro sigue su monólogo; no se hacen esas elucubraciones tan elevadas y desde luego no me parece muy verosímil que se citen los traductores de poemas extranjeros en una charla improvisada en la esquina de dos calles.
Que un autor japonés, tratando su novela sobre cine, mencione a Akira Kurosawa es obvio, y hasta previsible. Pero ah, cuando menciona a Luis Buñuel. Ahí sí, que Olé Oé.
“Todos vivimos dentro de un tiempo único que pasa a la misma velocidad para todos”
Annabel Lee by Edgar Allan Poe
Annabel Lee traducido al castellano
La bella Annabel Lee (Leer Inicio)
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