Durante la pausa de una de esas reuniones de gente de biblioteca, yendo hacia el baño, una voz me llamó:
- Pst, muchacho, ¿quieres subir las estadísticas de préstamos en la biblioteca?
._.
Obviamente me acerqué a escuchar.
No revelaré el nombre pero una biblioteca (o puede que más) asfixiadas por la presión de las estadística, han recurrido a un feo sistema de maquillarlas. Consiste en colocar varios centenares de documentos con el estado: “Excluidos de préstamo” en el programa de gestión. Como la fórmula para la estadísticas de préstamo se basan en el fondo “prestable”, los valores de las operaciones salen más positivos.
Al igual que un país fuerza a sus ciudadanos a emigrar y así logra una, aparente, reducción del paro; si hay menos libros "prestables", las cifras del préstamo, aparentemente, suben.
Ò_Ó
Semejante felonía me parece impropia de una biblioteca. Porque puestos en este plan, lo siguiente podría ser cerrar las puertas y saludar yo mismo el contador de visitas. Anotar 500 o 1000 visitantes cada tarde sin el desgaste, el desorden y el ruido que provocan. Y pasar la tarde tranquilamente leyendo y dormitando en los cojines de la sala infantil.
Las estadísticas en biblioteca deberían ser orientativas, pero alejadas de esas fiereza competitiva de los objetivos a cumplir.
¿Cómo valorar la satisfacción de hallar el libro deseado por un lector? O donde se anota el caso de esa niña que venía a la biblioteca a escuchar cuentos sin saber leer y ahora elige sus propias lecturas. Esa niña no es sólo una visita y 3 préstamos más.
Si te ofrecen falsear las estadísticas, simplemente di NO.
Siguen apareciendo casos de hacia donde está llevándonos la "obsesión" por las estadísticas. Qué triste. :-(
ResponderEliminar¿Qué sentido tiene engañarse así? ._. Gente de despacho que olvida que el lector importa más que el libro.
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