sábado, 19 de septiembre de 2020

Patria

 



Distinguió una cara conocida. Sin dudarlo, cambió de acera.

Para qué callar lo que siento si, aunque me calle, no voy a dejar de sentirlo?

Los turnos de mañana le resultaban menos fatigosos. Sale uno del trabajo con la ilusión de las horas libres que le quedan por delante.

Él decidió dirigirse primero de todo a la biblioteca. ¿Y eso? Pues porque los libros le iban a estorbar y para no levantar sospechas.

Nos esforzamos por darle un sentido, una forma, un orden a la vida, y al final la vida hace con nosotros lo que le da la gana.

uno doméstico, monótono, de persona que no interesa ni gusta a nadie, de persona que experimenta vivo rechazo de sí misma delante del espejo.

Ella ha llamado. Casi las diez serían. Le he colgado.
-Pues ayer estuvisteis en la cafetería.
-Ayer fue ayer, hoy es otro día. Ya no hay amistad. Ve haciéndote a la idea.

En este país se arreglan demasiadas cosas a hostias. Así nos va.

Si no hablas euskera, no eres vasco, aunque formes parte de ETA.

El odio le servía a Joxe Mari de refresco en los bochornos estivales, de calefacción en las noches de invierno. Lo insensibilizaba contra cualquier indicio de sentimentalismo. De haber podido matar con la mirada, no se lo habría pensado.

Constató: pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba.


Patria
Fernando Aramburu

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