viernes, 4 de febrero de 2022

Rashomon

Rashomon (Rashômon; 1950) de Akira Kurosawa.
En 1951 al Festival de Venecia llegó un señor japonés (muy alto) a presentar su película. Era el director Akira Kurosawa y la película bajo el brazo: Rashomon.
Rashomon es un relato de Ryûnosuke Akutagawa que, junto a otra pieza breve del mismo autor, En una arboleda, forman el escenario y el argumento de la película.
Rashomon fue premiada con el León de Oro en Venecia y se la considera el "descubrimiento" para el mundo occidental del cine japonés.

Al igual que América ya existía cuando Colón llegó y "la descubrió". El cine en Asia (India, China, Japón,...) ya existía antes de 1950. Kurosawa llevaba haciendo películas desde 1940 y en Japón, el cinematógrafo se conocía desde sus inicios. Si bien para Hollywood y Europa, fue ese año y esta película, la que le abrieron la puerta del "descubrimiento".

También es cierto que centenares de películas japonesas de la primera época (1899-1940) se perdieron por una sucesión de catástrofes: un terremoto en 1923, los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, la posguerra,...


Rashomon es el relato de un incidente: Un matrimonio cruza un bosque y son atacados por un bandido. 

Decía Kurosawa a propósito de esta película que el ser humano es incapaz de NO mentirse a sí mismo; cuando cuenta algo, lo cuenta pavoneándose. 
Y Rashomon es el resultado. El incidente involucra a tres personas y existen cuatro versiones diferentes del mismo:
La versión del bandido.
La versión de la mujer.
La versión del hombre muerto (¿Khé?)
Y la versión del leñador que encuentra el cuerpo.

Hasta ese momento, en el cine, el recurso narrativo del flashback servía para esclarecer el presente. Un salto atrás iba a aclarar el misterio de ahora. Aquí hay cuatro flashbacks y cada uno es una historia en sí. 
Nunca tenemos la impresión de estar viendo lo mismo, porque cada narrador cuenta SU historia (su verdad, la que cree que le conviene o la que más le favorece) y se crea una versión alternativa de un mismo hecho en un mismo escenario.
El tribunal que juzga no le vemos nunca, ni se le oye. Somos nosotros, los espectadores, los que asistimos a las declaraciones de los testigos, el acusado, y la(s) victima(s).

Y todo arranca como un chismorreo contado para pasar el rato mientras escampa la tormenta. Como un cuento...
Mi nuevo fondo de escritorio


Tajomaru (Toshirô Mifune), el bandido, se molesta cuando dicen que se ha caído del caballo. NO, él se bajó del caballo. Lo importante es quedar bien. Otro ejemplo: En su versión de la historia lucha con destreza y honor. En la versión del leñador los dos hombres luchan huyendo el uno del otro y más aterrados por ser heridos por el rival que por ganar ningún duelo.

La mujer (Machiko Kyô) es hábil con la daga y lucha en defensa propia en una versión. Es una pobre víctima desamparada sin posibilidad de defensa que es forzada con impunidad y rechazada por el marido en otra versión. O manipula al bandido para que asesine al marido y huir con él en otra versión. O azuza marido y bandido para que luchen entre sí mientras ella huye bosque a través, en otra versión. 
Imposible saber cuál es la verdadera y se resiente algo la película con su relato, hasta que se nos dice que la siguiente versión será la del hombre muerto.
¿Cómo va a ser eso?
Con una médium.


La medium (Noriko Honma) es mi momento favorito de la película. Es sumamente sencillo: danza, el viento le azota el cabello y el velo, y le ponen la grave voz del muerto. Pero parece anticipar el cine japonés de terror actual sin efectos especiales ninguno. 
Lo único que es cierto de la versión del muerto es que... acaba muerto. 😁

Y luego está el leñador asombrado del inicio. Primero solo pasaba por ahí y descubre al asesinado. Luego, quizás robó algo. Y luego -eso ya me lo imaginé yo- quizás mató él al muerto para robarle.

¿Cuál es la versión cierta?
Que cada uno elija la suya.





Y para deprimirnos más, el aldeano que llega a la decrépita puerta de Rashomon ("aquí vivía un demonio pero su asustó de los humanos y se fue") y que se limita a encender el fuego y a escuchar las versiones de la historia, al final, también es un malvado capaz de robarle las ropas a un recién nacido.

Kurosawa nos da un rayo de Sol (y esperanza) cuando el leñador se lleva al bebé para cuidarlo con los seis (SEIS) que ya tiene. Pero como a mí el leñador me parece el más sospechoso de todos, más que esperanza me alejo de Rashomon con incertidumbre y angustia.


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