miércoles, 19 de agosto de 2020

Bakuman

Si alguien tiene interés en saber cómo funciona el mundillo editorial del manga en Japón, Bakuman debe ser la manera más entretenida de conocerlo.

Bakuman lo componen 176 capítulos publicados en la Weekly Shounen Jump (entre agosto de 2008 y abril de 2012). Y recopilados y publicados en 20 volúmenes (tankôbon).
El manga es obra del dúo Tsugumi Oba (guionista) & Takeshi Obata (ilustrador). Responsables de otras obras como Platinium End y la famosa Death Note (que incluso tuvo una versión con actores made in America  que nadie merece ver).

El manga original fue adaptado al anime en tres etapas (o temporadas) con un total de 75 episodios.


Bakuman cuenta el recorrido vital de dos estudiantes de instituto, Saiko y Shuujin, hasta cumplir su sueño de ser mangakas (autores de manga).
El sueño de Saiko, cuyo tío fue mangaka hasta la extenuación -literal-, cuenta con otro aliciente: enamorado de su compañera de clase Miho, prometen, Miho y él, casarse cuando "sus sueños se cumplan". Y es que Miho, pese a una increíble timidez, aspira convertirse en seiyu (actriz de voz).
¿Logrará Saiko y Shuujin (Ashirogi Muto, será su seudónimo conjunto) publicar una obra en la mítica revista de manga Weekly Shonen Jump? ¿Y convertir esa obra en un manga tan popular que alcance a ser convertido en anime? Y ya, como guinda al pastel, ¿logrará Miho ser la voz de la heroína del manga de Ashirogi Muto?
Ya imaginan que sí, ¿verdad?
Pero no será fácil. 
176 capítulos harán falta para que "sus sueños se cumplan".



Por el camino, Ashirogi Muto conocerá el organigrama editorial de la revista shouen más popular del mundo (la revista donde, por cierto, se publicaba el propio manga Bakuman), y a todo un elenco de mangakas rivales-y-aliados con los que competir por los votos de los lectores de la revista y alcanzar las posiciones más altas en el ranking de popularidad.


Mangakas prodigio como Nizuma Eiji, su gran rival. Dibujante instintivo y compulsivo.

O Shinta Fukuda que da nombre al "Equipo Fukuda", una generación de autores que pretenden cambiar el orden establecido en la revista. Escritoras metidas a guionistas como la talentosa Aoki o la vengativa Iwase. Artistas de otros campos, como el músico y cantante Koogy. O el inquietante y pérfido Toru Nanamine, y su plan para "crear" un manga en una fábrica-laboratorio. O al hikikomori Shizuka Ryu que arruina su talento en cabarets y clubs nocturnos. O al personaje que hace el turn heel más radical de toda la obra, el veterano asistente Takuro Nakai.
Nakai tiene probablemente uno de los momentos más bellos y poéticos de toda la obra cuando se pone a dibujar en un parque público para lograr no perder a su guionista. Y llega a dibujar de noche e incluso bajo una gran nevada...

La amargura de no haber logrado publicar una obra y la frustración de verse rechazado una y otra vez, le hace llegar al extremo de chantajear a una compañera, en uno de los momentos más incómodos y molestos del personaje. Tanto, que ni siquiera la venganza "por karma" de años después, no parece equilibrar las cosas. Y Nakai ya nunca más será el mismo.



Mi personaje favorito es el mangaka Kazuya Hiramaru. Hiramaru era un salaryman con un aburrido y rutinario trabajo de oficina. Un día, leyendo una revista Jump se dice que él también podría hacer un manga, hacerse famoso y no tener que volver a trabajar más.

Hiramaru crea el manga y se vuelve famoso, pero para poder mantenerlo debe trabajar hasta la extenuación. Intenta abandonar, huir de su estudio o fingir todo tipo de enfermedades raras que le permitan descansar y tomarse vacaciones. 

Debido a su apatía y nula concentración, su editor lo amenaza, lo chantajea, lo soborna, lo engaña y lo manipula, para que siga motivado para dibujar (que en el caso de Hiramaru, es un estado depresivo perpetuo que contribuye a que pueda crear hilarantes capítulos de sus series de humor).
Me siento muy representado con Hiramaru. Capaz de sacar humor para su arte a través de las penalidades y los sinsabores de su vida.



Como la boda entre Saiko y Miho está pactada desde el inicio (y sabemos que ese será el cierre del manga), el arco argumental del intento de Hiramaru de proponerle matrimonio a una chica, es quizás el momento más emocionante del final de Bakuman.

Al igual que ocurre con el personaje de Nakai al que el karma (o los autores, en realidad) le hacen pagar sus malas acciones, a Hiramaru tantos engaños de su editor y tanto trabajo duro a desgana, le recompensan con un sí quiero.






Bakuman se centra en el mundo del manga. Otros aspectos vitales de los personajes como la vida estudiantil de Eiji es omitido por completo. Y la vida matrimonial de Shuujin, apenas es visualizado aún cuando "su amiga - luego novia - luego esposa" (Kaya Miyoshi) es la única chica en el estudio de Ashirogi Muto. 


Y la relación principal, entre Saiko y Miho, es eludida desde el minuto uno, cuando Miho establece como condición un distanciamiento casi monacal. Eso hace desaparecer a Miho de las tramas y, luego, permite hacerla reaparecer en momentos de gran dramatismo. 

Poco llegamos a saber de su carrera como seiyuu, más que esbozos que son lo que le llega a su "prometido" Saiko, con el que exclusivamente se comunica vía e-mail y aún en esporádicas ocasiones.



Bakuman es una obra diferente. Diferente a las batallas bien/mal, emblemas durante años de la Weekly Shonen Jump (publicó Dragon Ball, Naruto o One Piece). Todo el manga de Bakuman es un homenaje a la revista. La única orientada a un público juvenil, mayoritariamente masculino (aunque también la leen chicas o adultos. Ya sabemos que el target lector no es excluyente) que no usa idols en bikini en sus páginas para atraer los lectores a sus mangas.


Autoreferenciada en cada capítulo, la Weekly Shonen Jump (abreviada en el mundillo como WSJ y llamada "Jack" en el anime) bien merecía el homenaje de este manga. Hace algún tiempo la WSJ dio un salto a la modernidad lanzando la aplicación MangaPlus (que nos permite leer, gratis, legal y en castellano -o inglés- los mangas que publica en Japón). 


Aunque el manga es visto, a veces y por algunos, como algo funcional y barato, de leer y tirar, como lo fue la literatura pulp o los bolsilibros, Bakuman transmite la pasión, las lágrimas y el sudor del tremendo trabajo que hay detrás de cada obra que se publica. Y por cada obra que se publica, hay decenas puede que cientos, que se quedan en las puertas o son canceladas antes de las diez semanas. 

Bakuman es también un homenaje a todos los que alguna vez han soñado en publicar su arte, su historieta, su ficción y compartirla con el mundo. Entretener a los lectores. Así de difícil. Arrancarnos de nuestras míseras vidas y hacernos vivir, aunque sólo sea en 19 páginas, en otro mundo, en una vida de repuesto.




Como dije al inicio, Bakuman debe ser la manera más entretenida de conocer el mundillo del manga desde dentro. Y encima es una historia de lucha y perseverancia para lograr tus sueños.

Una gran historia que deja un gran vacío al acabar...


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