martes, 24 de noviembre de 2020

Una historia de la mentira

 




Todo el que acecha sin moverse está mintiendo; la víctima paralizada por el miedo, también.

¿Qué son los sueños sino otra gran mentira? 

Necesitará de constancia y de disciplina, por lo que la dejadez de los días me acabará arrastrando a las inercias de mi vida ordinaria.

cada idea nace siempre de otras tantas ideas previas, procedentes del complejo entramado que conforma el saber acumulado en nuestros sistemas de escritura y en el conjunto de las restantes mentes.

Permaneceremos apegados a nuestras pequeñas circunstancias, a ese problema que nos importuna, a ese dolor, a esa angustia, a esa enfermedad, propia o de un ser querido, sabiendo que cuando al día siguiente despertemos seguirá ahí, esperándonos.

No todo embaucador se sabe siempre mentiroso. Más bien se siente el elegido.

Lo único que en la práctica diferencia la religión de las supersticiones es que la primera está más organizada.

Una deidad única alimenta a los fanáticos.

Para cada religión, los dioses de las demás religiones serán siempre tan solo ideas erradas de Dios.

A pesar de la absoluta imposibilidad racional y científica de que los cuatro Evangelios canónicos fuesen escritos por los apóstoles, ¿Cuál es la postura oficial de la Iglesia ante estas evidencias? Mentir.

Una buena imagen o una ficción bien urdida tiene más fuerza que cualquier razón o argumento.

Los cuentos y las leyendas compartidos estrechan los vínculos entre los miembros de una tribu, facilitan una misma explicación del mundo, una visión común.

El sentimiento de pertenencia originará todo tipo de símbolos patrióticos, emblemas y banderas. Se inventarán verdades distintas que a la vez unan y separen, creencias míticas sobre las que fundar las identidades nacionales.

¿Quién podría sobrellevar la vida en sociedad si tuviera que revelar continuamente lo que de verdad pasa por su mente?

Mentir es una muestra de inteligencia.

Yo solo estoy contigo por rutina y porque no he encontrado nada mejor. Pero eso puede cambiar en cualquier momento.

Si cada individuo no tuviera la capacidad de mentirse a sí mismo antes que a nadie, nunca podría soportar la proximidad con los demás.

La vida en sociedad es posible, primero de todo, porque podemos mantener la esfera de lo íntimo a salvo de los demás.

Todos nos creemos mejores de lo que se nos reconoce.

Una mente deprimida baja las defensas, nos empuja a la sugestión morbosa, debilita el sistema inmune, nos expone a enfermedades y acorta la vida. Los cuerpos fuertes y sanos dependen de una mente feliz y autoengañada.

Todos ven lo que pareces, afirmará Maquiavelo, pero pocos comprenden lo que eres.

El ciudadano contemporáneo ni siquiera puede fiarse de lo que ve con sus propios ojos.

La economía especulativa puede hacer que el valor de tu trabajo merme tanto que necesites sumar tu trabajo de toda una vida al trabajo de toda la vida de tu cónyuge para poder pagar el lugar donde vives.

Todos y cada uno de los Evangelios son apócrifos, pues todos fueron redactados por personas anónimas y firmados con otros nombres.

Solo en Italia, Francia y España hay diecisiete sábanas santas.

Los nacionalismos de todas partes del planeta siempre comparte al menos cuatro de sus consecuencias: hacer más poderosa a la clase política; enriquecer a la clase económica dominante y empobrecer a las clases medias y obreras; exacerbar los ánimos y el odio entre quienes son vecinos; y resultar incomprensibles, frívolos o superficiales para los foráneos más alejados.

La realidad es una gran mentira. El arte es una mentira sobre la mentira.

Esa superioridad de las obras de arte solo es tal para la comunidad en la que fueron concebidas.

Estos libros de texto, cuya obligación es ser pedagógicos y persuasivos, transformarán la realidad según su conveniencia y serán el único contacto con la ciencia que tengan las futuras generaciones de científicos. Durante toda su formación, los estudiantes universitarios de ciencias naturales serán instruidos solo mediante libros que han sido expresamente creados para ellos, y en los que encontrarán todo lo que necesitan saber de forma sucinta, precisa y sistemática.

A las grandes multinacionales farmacéuticas les interesa mucho menos, en términos de beneficios, cualquiera de las enfermedades que asolan regiones de África o Asia que las molestias de garganta, el óvalo facial descolgado o la limpieza de los poros del primer mundo.

Uno no aspira a ser feliz, sino a ser más feliz que los demás.

Los ciudadanos no están dispuestos a pagar por una información mejor pudiendo obtener gratis la peor.

Todo el mundo opina, desde luego, sobre cualquier cosa, en especial sobre cualquier cosa. Lo importante es tener una opinión rotunda.

No habrá ningún otro momento en nuestra vida en el que seamos víctimas del engaño con tanta intensidad como cuando se apodera de nosotros el amor.

No somos capaces de lograr empatía con aquellos que percibimos como meros conceptos.



Una historia de la mentira
Juan Jacinto Muñoz Rengel

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