viernes, 15 de febrero de 2019

El #memebibliotecario

Me pidieron que escribiera sobre el fenómeno del #memebibliotecario.
Dije que no. ¿Para qué? ¿Qué se puede decir? Es un meme de/sobre biblioteca. Y ya.

Y el gurú de bibliotecas, Julián Marquina, ya escribió un post recopilatorio sobre el humor y las bibliotecas (más de uno, en realidad). Y en su post incluyó mi cuenta provocando gran emoshon en mi persona y el segundo hito más importante de la historia de mi cuenta de Tuitah. Luego les cuento el primero, que fue una respuesta de TheFinalBoss of biblioteques.

El día a día de un oompa-loompa de biblioteca como yo, está lleno de momentos absurdos que vistos con distancia pueden provocar risa. Compartí algunos en las redes. Y por entonces descubrí una cuenta en Facebook llamada Memes bibliotecológicos. Es una página con más de 60.000 seguidores y el impacto de publicar algo ahí es brutal de inmediato. Hay lluvia de LAICS, comparticiones a cascoporro, comentarios (siempre cuesta que la gente te regale su tiempo) e incluso quejas.
Sí, quejas. Quejas de compas de biblioteca que se sienten ofendidos o molestos con un chiste, un guiño, o un brochazo tonto. Creen que estos pasatiempos chistoso pueden ridiculizar la institución, a su personal o, peor aún, a sus usuarios.
Viene un tipo y me pide: “Drácula, la historia de Black Tempest
Es obvio que quiere decir Vlad Teppes.
Esto va al Tuitah, me digo.
Es un #AmíMeLoPidieronAsí que recopila errores en los títulos o confusiones en los autores que padecen los oídos de la gente de biblioteca (o las libreras resoplantes).
Pero hay gente que se ofende. Creen que con tweets así ridiculizo al señor que se acerca al mostrador. Me dicen que los trato de tontos o que me creo superior o no sé qué cosas más…
Pero hubo comentarios así cuando colaboraba con Memes bibliotecológicos. Y supongo que aún los padecen. (Ya no lo sé porque mi andadura en Facebook terminó de repente cuanto el Sr. Zuckerberg -al que parece que le encanta compartir información de los demás pero no la suya- dijo que tenía dudas que mi nombre de verdad fuera “Yordi Biblioteca” y como no le quise dar más datos, me cerró su puerta.
La privacidad es importante.
La mía también).

Eli Ramirez, esa compa cuyo día parece tener más de 24 horas porque siempre está haciendo cosas o dibujando cosas o yendo a sitios, hizo alguno de los primeros  #bibliomeme en el Twitter que yo haya podido encontrar. Aunque el éxito de los bibliomemes se lo debemos a la cuenta @fgsrcds (¬¬ parece el nombre de una ciudad de Borduria, así sin vocales) que empezó a regalarnos el  #memebibliotecario de los viernes.
Me uní yo y se unieron otras compas de bibliotecas, aportando el suyo.
Los fui recopilando en sendos posts en mi blog hasta que las aportaciones crecieron como una avalancha de donaciones… (guiño-guiño-codo-codo a Rosana).

Antes, hubo otro hastag muy popular que combinaba nuestro día a día en la biblio con humor y el arte. Fueron los #CuadrosBibliotecarios (que llegaron a oídos de Don Julián) y que este humilde servidor recopiló en una auténtica galería de arte.

Llegados aquí, #LaJefa preguntaría ¿pero... qué es un memebibliotecario?
Por las barbas de Dewey, espero que no les suceda a ustedes lo mismo.


Y ahora vamos a lo práctico respondiendo a unas FAQ:
¿Cómo se hace un memebibliotecario?
Hay webs gratuitas en las que se puede elegir una imagen (o subirla del ordenador) y añadir el texto que se quiera. Todo ello online. También se puede usar cualquier programa de edición de imágen. Si usan el GIMP, dentro de dos días aún estarán cerrando ventanitas.

¿Es el memebibliotecario siempre una imagen chistosa?
No. Ni tiene porque ser chistosa (eso se agradece) ni tiene porque ser una imagen. Hay compas que han experimentado con archivos GIF (añadir texto a un gif, también es algo que se hace directamente desde la web; sin instalar programas ni tener conocimientos avanzados). Y algunos compas muy osados (y siempre pienso que con más tiempo libre que yo) ponen subtítulos “de biblioteca” a un fragmento de vídeo. Lo llamo #bibliopinícula.
Aquí conviene recordar al Jovencito bibliotecario que hicieron en la Biblio JSV de Gavà, que son como el Lumiere del tema. Y BiblioMontijo, que ha hecho ya varias “bibliopiniculas”; serían el D.W. Griffith del asunto. Si alguien se pregunta qué cineasta soy yo que hice aquella bibliopinicula con un video de la serie Dallas, la respuesta es Fritz Lang (un tipo que decía que una película no debería durar más de 90 minutos. Y rodó “Los nibelungos” que dura 280 ._.) Es que escribir subtitulos bibliotecariles a JR y Sue Elle se me hizo muy largo aunque el metraje no llegue a los 2 minutos).

Y para acabar, la pregunta más importante:
¿De dónde salen esas ideas tan chulas para el memebibliotecario del viernes?
¡Por favor! Salga usted de su despacho de la biblioteca. Salga a la trinchera de préstamo o al campo de batalla de la sala infantil.
Las ideas chulas están ahí porque la vida real es un chiste en sí misma.


Una recomendación:
Si publican desde el perfil de la red social de la biblioteca recuerden que están publicando desde el perfil de la biblioteca, no del suyo. En caso de duda, vuelva a leer la frase anterior.


Y les prometí que le contaría el hito más importante de mi cuenta de Tuitah: y es cuando descubrí que TheFinalBoss of biblioteques me seguía y me respondió con un GIF.
En ese momento, TheFinalBoss of biblioteques, que para mí estaba ahí arriba, en la cúspide de la pirámide bibliotecaril, a los mandos de la nave nodriza... se “humanizó”. Y eso me lleva a un escueto mensaje privado que recibí de un compa: ”enhorabuena por el trabajo que haces en Twitter. Humanizas la profesión y nos haces reír, que no es nada fácil :-)

Humanizar.
En realidad, yo sólo intento sobrevivir. Y lejos de lo que puedan pensar, en la vida real no soy alguien divertido ni chistoso. Más bien, soy como el venerable Jorge de Burgos (ese bibliotecario al que no le gustaba la risa) y ando refunfuñando de aquí para allá mientras coloco libros -que no me da la vida leer-  en sus estantes.

Pero “Humanizar y NO ridiculizar” es una frase bonita para poner, hoy y aquí, de colofón a esto del memebibliotecario.


Yordi Biblioteca

P.S. Compartan sus momentos chistosos compas, porque los tristes y dramáticos ya les llegarán solos.





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