domingo, 16 de septiembre de 2018

Naomi; de Junichirô Tanizaki



Desde que supe que tenía un nombre tan sofisticado, tomó para mí un aspecto inteligente.

Naomi se parecía a la actriz de cine Mary Pickford

Seguía siendo un patán; era poco hábil para el trato social y no tenía amistades del sexo opuesto, lo que sin duda hacía de mí “un caballero”.

La mejor solución sería llevarme a mi casa a una muchacha como Naomi y verla crecer pacientemente. Después, si me gustaba lo que veía, podría tomarla como esposa.

-¿Siempre estás ocupada?
-De la mañana a la noche. No me queda tiempo para leer.

Las mujeres van a ser cada vez más activas en el futuro.

Nada se consigue dando educación a quien no la puede aprovechar.

Trataba de evitar las relaciones innecesarias.

Seguramente tienes razón, pero yo no nací para ser atrevido.

No puede salir nada bueno de engañar a tu madre para divertirte.

En un instante, la trama de engaños que me rodeaba se reveló con pasmosa claridad. Era tan complicada que una persona simple como yo apenas podía asirla.

No había cantidad de disculpas que deshicieran lo ocurrido.

Si yo le hablaba, nunca me daba una respuesta satisfactoria. Si era absolutamente necesario, contestaba con un sí o con un no. Yo sólo podía interpretar su comportamiento como una señal de desafío indirecto y desdén absoluto hacia mi.

¡En tiempo de crisis, oración!

Mientras sufría por la soledad y el desengaño amoroso me ocurrió otra desgracia. 


Naomi
Junichirô Tanizaki
Lectura para el #VeranoNipón

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